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Instituto Masculino y Escuela de Comercio, 1961. Vista desde uno de los pisos del Grupo de Viviendas de Santo Tomás, en la actual avenida del Dr. Marañón. Fondo Bienvenido-Arenas, Archivo Histórico Fotográfico de la Universidad de Málaga
Instituto de Martiricos: instantáneas de los años sesenta

Instituto de Martiricos: instantáneas de los años sesenta

SUR Historia ·

Este instituto centenario, y único en la ciudad durante casi 125 años, adquiere nombre propio popular cuando, en 1961, deja el espacio que tanto tiempo ocupara en el antiguo convento de los filipenses para ubicarse en las flamantes instalaciones lentamente levantadas en Martiricos

Javier Ramírez González

Sábado, 25 de junio 2022, 19:38

«Vacunación: Consiste en ponernos microbios atontolinados para que no nos dé una enfermedad». Antología del Disparate

'La Antología del Disparate. Contestaciones disparatadas en exámenes y reválidas' fue éxito editorial en la España de los años sesenta. Publicado en 1965, se reeditó en 1966; en 1970 aparecen tres nuevas ediciones, la última, corregida y aumentada, en el mes de noviembre. El autor de este breve libro, Luis Díez Jiménez, figuraba en la portada de la obra acompañado del rótulo «catedrático del Instituto Masculino de Málaga». Este instituto centenario, y único en la ciudad durante casi 125 años, adquiere nombre propio popular cuando, en 1961, deja el espacio que tanto tiempo ocupara en el antiguo convento de los filipenses para ubicarse en las flamantes instalaciones lentamente levantadas en Martiricos. Gaona pasa a ser entonces instituto exclusivamente femenino y toma el nombre de Vicente Espinel. El masculino, llamado oficialmente Ntra. Sra. de la Victoria, se empieza a conocer también como Instituto de Martiricos. Allí asistí a las clases de Biología de preuniversitario impartidas por profesor Luis Díez Jiménez el curso 1967-68; mis recuerdos de don Luis se corresponden con los de un docente ameno y amable que impartía sus clases no desde la tarima, como solía ser habitual, sino recorriendo el aula en discursivos paseos entre los pupitres. Dos profesoras acuden a mi memoria cuando evoco aquel curso de preu: Rosa Caballero, catedrática de Matemáticas, empeñada en transmitir a sus alumnos de último curso el modelo conceptual que encerraban los diagramas de Euler, base de aquello que empezaba ser conocido con el nombre propio de Matemática Moderna, asignatura que, tras estrepitoso fracaso en los planes de estudio de la EGB de los años setenta, fue definitivamente desterrada al olvido. Elena Villamana Peco se distinguía por su erudita precisión al tiempo que era capaz de transmitir entusiasmo por el conocimiento de la Literatura española. Me viene a la memoria la imagen de doña Elena con aire de mujer avanzada y un tanto peculiar para su época cuando acudía al instituto en aquel extraño vehículo llamado «medio huevo», el pequeño utilitario Isetta de dos plazas con puerta frontal. Don Jesús Marín impartía clases de Física y mostraba un trato distendido con los alumnos al permitirles fumar en los exámenes, claro que éstos debían cumplir dos condiciones inexcusables: tener tabaco y algo con qué prenderlo. Carlos Mielgo, catedrático de Dibujo, siguiendo la larga tradición de los pintores-fotógrafos, contaba con estudio fotográfico, especializado en retrato, en la acera del Goya de la plaza de Uncibay.

26 de enero, 1960. Instituto de Bachillerato, calle Gaona. Acto homenaje a Severo Ochoa Albornoz con motivo de la concesión, el año anterior, del premio Nobel de Medicina. La profesora Elena Villamana glosa la trayectoria científica del Dr. Ochoa momentos antes de mostrar públicamente la placa que conmemora su vinculación con el instituto malagueño. Participan el rector de la Universidad de Granada, primeras autoridades locales y miembros del claustro de profesores del Instituto Masculino. Instantánea ampliamente divulgada, tiene una réplica menos conocida del mismo acto: el público que asiste al acontecimiento, en su mayoría alumnos del centro. Ambas imágenes se localizan Fondo Bienvenido-Arenas, Archivo Histórico Fotográfico de la Universidad de Málaga

De aquella plantilla docente en Martiricos destacan en mi recuerdo dos jóvenes profesores: Juan Antonio Lacomba y Agustín Delgado, ambos implicados activamente en la vida socio cultural malagueña. Agustín Delgado, poeta, escritor y crítico literario será también el autor de un volumen imprescindible sobre la 'Vida y obra' del añorado Eugenio Chicano.

Una mañana de noviembre del 67, compartía yo pupitre con Joaquín Aurioles cuando el profesor Lacomba iniciaba la clase de Historia diciendo:

-Ayer el Consejo de ministros devaluó la peseta. ¿Qué significa eso? Que el Plan de Desarrollo ha sido un fracaso.

En aquella época, expresiones de este tipo manifestadas por un profesor en las aulas de un instituto podían ser consideradas no ya fuera de lugar, sino atentatorias contra el Régimen o explícitamente subversivas. Sin embargo, para aquellos alumnos del último curso de bachillerato, encajados por costumbre en la monotonía de un temario ajeno a la vida cotidiana, la ligazón entre enseñanza y realidad prometía nuevas expectativas de futuro. Pero ni Joaquín Aurioles ni yo podíamos imaginar que ese futuro nos haría coincidir con el profesor Lacomba en la Universidad de Málaga, institución que entonces no era otra cosa que un deseo compartido por la mayoría ciudadana. Años más tarde, Joaquín sería compañero de Juan Antonio en el claustro de profesores de la Facultad de Económicas. Yo coincidiría con él en el espacio de la antigua Escuela de Comercio, anexa al Instituto de Martiricos, que había pasado a integrar las instalaciones de la UMA. Durante un tiempo estuvieron instalados allí varias dependencias universitarias, entre ellas el Servicio de Publicaciones y el Centro de Tecnología de la Imagen, donde Lacomba desempeñaba la dirección del primero y yo la del segundo.

Estas breves instantáneas personales no tienen otra intención que el intento de situar la imagen fotográfica en el contexto de una época. Una amplia documentación impresa, en la que destacan los libros de los profesores José Francisco Jiménez Trujillo, Manuel Burgos Madroñero y Víctor M. Heredia detallan con rigor la trayectoria de este centenario instituto. A esas páginas se unen otros muchos artículos de prensa y varios sitios web, entre los que destaca la página del IES Martiricos. Mi comentario sobre las imágenes que siguen tiene una pretensión distinta: encuadrar el espacio fotográfico desde la perspectiva de un testigo de época. Recorro el espacio fotográfico donde se encuentra el instituto en la década de los sesenta, a una edad en la que las vivencias personales se graban con nitidez en la memoria. Recurro a una fuente de conocimiento clave para hilvanar la historia visual de Málaga: el Archivo Fotográfico Histórico de la Universidad de Málaga.

Diciembre, 1957. Obras del Instituto de Martiricos. Fondo Bienvenido-Arenas, Archivo Histórico Fotográfico de la Universidad de Málaga.
Diciembre, 1957. Obras del Instituto de Martiricos. Fondo Bienvenido-Arenas, Archivo Histórico Fotográfico UMA.
Mayo, 1959. Obras del Instituto de Martiricos. Fondo Bienvenido-Arenas Archivo Histórico Fotográfico UMA.

Aunque las primeras fases del proyecto de construcción de la Escuela de Comercio y el Instituto, junto con la capilla y zonas deportivas comunes a los dos centros de enseñanza datan de 1953-54, las imágenes que por ahora se localizan en el archivo de la UMA se remontan al año 1957. Desde esa fecha hasta la inauguración oficial del Instituto, en abril de 1961, se encuentran varios reportajes de interés que dan cuenta de la evolución de las obras de construcción de los dos centros de enseñanza. El estudio de estos reportajes, junto con el de aquellos que recogen el espacio donde se ubican las instalaciones en ese periodo, permiten establecer varias líneas de análisis. Una de ellas es, desde luego, el propio ámbito espacial que acoge a unos centros que ya existen pero que necesitan con urgencia el traslado a otras instalaciones. El sitio elegido es el parque de Martiricos, «la Parcela», como era conocida popularmente la zona. Al inicio de las obras, el lugar es una larga vía que arranca en el único puente que salva el arroyo de los Ángeles y termina en la portada del estadio de la Rosaleda, flanqueada a izquierda y derecha por un nutrido bosquete de eucaliptos. Las únicas edificaciones ya existentes en ese tramo urbano son el grupo escolar infantil conocido por «el Mapa», cerca del puente, y tres pequeños recintos, próximos a la actual calle Toledo, destinados a casetas de feria hasta que en 1959 ésta se traslada al Parque. Como señala Rafael Reinoso en 'Topografías del Paraiso - La construcción de la ciudad de Málaga entre 1897 y 1959': «Algo del espíritu del acuerdo de 1911 para ubicar en aquellos suelos un Parque de las Escuelas se manifestaría luego en la instalación allí de algunos significativos centros escolares».

Junio, 1960. Vista de la avenida de Martiricos, espacio conocido popularmente en aquella época como «la Parcela». Vista desde la trasera de la fachada principal del estadio de la Rosaleda. Fondo Bienvenido-Arenas Archivo Histórico Fotográfico UMA.

Otro aspecto que pone de manifiesto el conjunto fotográfico que alude a la zona es la singularidad del proyecto arquitectónico. El edificio de Fisac aparece en las imágenes que tratamos no solo en armonía con su entorno, sino en directa comunicación con el espacio que le rodea, del que solo le separan casi transparentes vallas de tela metálica. También la imagen fotográfica de época sitúa en su contexto primitivo la capilla-salón de actos, elemento arquitectónico del que Maite Méndez Baiges, en 'Arquitectura, ciudad y territorio (1910-2011)', dice que es «uno de los ejercicios más refinados de la arquitectura del siglo XX en la ciudad».

El conjunto Instituto–Escuela de Comercio se sitúa en el extremo sur de aquella parcela de eucaliptos. Antiguo terreno de expansión del Guadalmedina que, cuando finalmente se acota mediante el muro que ciñe su orilla derecha, son cedidos por la Confederación Hidrográfica al municipio malagueño. Las galerías y aulas de los centros, orientadas hacia la masa vegetal, tienen como contrapunto a sus espaldas el arroyo de los Ángeles y cierra al oeste con una vía terriza que luego se llamará avenida y llevará el nombre de Doctor Marañón.

Febrero, 1959. Arroyo de los Ángeles, desde el puente que da entrada al Paseo de Martiricos. En la esquina superior derecha, en segundo término, fachada sur de la Escuela de Comercio. Fondo Bienvenido-Arenas Archivo Histórico Fotográfico UMA

Otro aspecto sorprendente desde la perspectiva actual es la lentitud con que parecen avanzar las obras. El reportaje que conocemos sobre la visita a las instalaciones del ministro de Educación Nacional, Jesús Rubio, en marzo de 1959, no muestra grandes diferencias con el realizado en 1957; si bien el módulo del Instituto está casi terminado, el de la Escuela de Comercio aún está a medio hacer. La presencia del ministro, en lo que parece una visita de inspección a las obras, tendrá como colofón, otros dos años más tarde, la inauguración oficial del conjunto educativo por el general Franco. Esta lenta evolución en el desarrollo constructivo de unas instalaciones como las que apreciamos en las fotografías tiene cierta justificación en las carencias de la época y se explican de manera más precisa a la vista del mapa de población escolar del momento: las enseñanzas medias, que agrupan a los dos ciclos de bachiller, alumnado comprendido entre los 11 y 16 años, es mayoritariamente privada, siendo la pública porcentualmente minoritaria. Una situación que contrasta notablemente con la llamada formación profesional, a la que el Régimen presta mayor atención a la ahora de acoger a una población estudiantil con recursos económicos limitados, estando este segmento de la enseñanza mejor atendido en la pública que en la privada.

Abril, 1959. En primer término, jardines de acceso a la Escuela de Formación Profesional Francisco Franco. Al fondo, a la izquierda, se aprecian las instalaciones del Instituto Masculino, todavía en obras. La Escuela impartía docencia desde el curso académico 1947/48. Fondo Bienvenido-Arenas Archivo Histórico Fotográfico UMA
28 de abril, 1961. El general Franco inaugura oficialmente las instalaciones de Martiricos. El original fotográfico se encuentra un tanto deteriorado, aunque no lo suficiente para restar valor al documento histórico. Imagen representativa del tono general del reportaje, es también un retrato de época. Significar la ausencia de mujeres en el grupo y la distancia que separa a Herrera Oria del resto de autoridades que flanquean a Franco. En ninguna de las fotografías que integran este reportaje vuelve a aparecer el futuro cardenal, ni siquiera en aquellas que muestran la bendición de las instalaciones, oficiada por el obispo coadjutor Benavent Escuín. AHUMA-AF
Diciembre, 1961. Vista desde la galería norte del Instituto de Martiricos. Izquierda, actual Avda. Dr. Marañón. AHUMA-AF
Febrero, 1962. Tala de eucaliptos en Martiricos.

A partir de 1961, el pretendido Parque de la Escuelas va modificando su fisonomía alejándose de la intención primitiva. Al año siguiente, una tala inmisericorde de eucaliptos deja sitio a la fábrica de teléfonos CITESA.

Abril, 1962. Parcela destinada a la instalación de la factoría CITESA. Al fondo, a la derecha, Instituto Ntra. Sra. de la Victoria. En el centro de la imagen, edificios del antiguo real de la Feria de Martiricos.
Construcción de la factoría CITESA. AHUMA-AF

En poco tiempo, tras la instalación de la factoría, el paisaje urbano se va modificando. La que luego sería la avenida Doctor Marañón se conecta con calle Mazarredo y el entorno de la avenida Doctor Gálvez Ginachero mediante un nuevo puente sobre el arroyo de los Ángeles.

Febrero, 1963. Actual avda. Dr. Marañón. En primer término, derecha, edificio del Instituto; tras este, factoría CITESA. A la izquierda, bloques de viviendas de Santo Tomás. AHUMA-AF
Febrero, 1963. Actual avda. Dr. Marañón. En primer término, a la derecha, edificio del Instituto; tras este, factoría CITESA. A la izquierda, bloques de viviendas de Santo Tomás. AHUMA-AF
Noviembre, 1963. Obras de remodelación del Instituto Ntra. Sra. de la Victoria. AHUMA-AF

En un par de años, las instalaciones del nuevo instituto se quedan pequeñas. Las obras del curso 1963-1964 dotan al centro de nuevas aulas al tiempo que el proyecto de arquitectura orgánica de Fisac, edificio transparente en armonía con su entorno, parece alejarse de su primitivo propósito. Evolución que sin duda no hace perder al instituto su condición de primer referente en la historia de la Enseñanza en Málaga. Un papel que transciende el ámbito del espacio académico cuando la mirada se hace testigo de nuestra propia historia.

Planteo este recorrido fotográfico asistido por el recuerdo del profesor Lacomba Abellán que, como antes decía, supo inducirnos a mirar más allá de los muros del instituto donde cursábamos estudios. Un recorrido breve y quizás excesivamente sintético si atendemos al gran caudal icónico que encontramos en el Archivo Histórico Fotográfico de la UMA. El proceso de selección lo facilita en gran medida poder contar con un sistema de información archivística eficaz como el que presenta el archivo de nuestra Universidad, en la que vemos las tres magníficas panorámicas montadas por Mercedes Jiménez Bolívar a partir de la unión de dos negativos fotográficos distintos incluidas en este artículo.

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