VÍCTOR HEREDIA
MÁLAGA
Lunes, 23 de agosto 2021, 00:25
Málaga no dispuso de un centro de estudios superiores –la Facultad de Económicas– hasta 1965, y de una universidad propia hasta 1972. Esta carencia histórica ... fue suplida durante más de un siglo por la existencia de un centro oficial de enseñanza media: el Instituto. Ahora hay en España algo más de 4.000 institutos de educación secundaria, pero hasta principios del siglo XX apenas había sesenta en todo el país. Desde 1846, en la provincia de Málaga solo existió uno, el de la capital, hasta que en 1928 se fundó el de Antequera. Por tanto, los institutos con sus cambiantes denominaciones han sido allí donde no existía universidad (es decir, en la mayor parte de las provincias españolas) los centros de referencia educativa y cultural durante muchas décadas.
Publicidad
El Instituto de Málaga, que va a cumplir 175 años en este curso cercano a comenzar, nació en el antiguo caserón de San Felipe Neri, un amplio edificio del siglo XVIII situado en la calle Gaona. Allí se desarrolló la vida académica del centro hasta que, tras la división en dos por la separación de sexos, el Masculino Nuestra Señora de la Victoria se trasladó a su nueva sede de Martiricos en 1961, manteniéndose en la calle Gaona el Femenino Vicente Espinel.
En este artículo quiero recordar a una serie de personas que fueron alumnos oficiales del Instituto malagueño y que tuvieron un activo papel en la denominada Edad de Plata de la cultura española, que es generalmente identificada con el primer tercio del siglo XX, quedando cortada brutalmente por la Guerra Civil. Los nombres que se exponen a continuación están extraídos de los libros de matrícula y de los expedientes respectivos.
A finales del XIX coincidieron en las aulas de la calle Gaona compañeros que mantuvieron una larga amistad, como los arquitectos Fernando Guerrero Strachan y Manuel Rivera Vera, o los novelistas Ricardo León y Salvador González Anaya. También cursó parte de su bachillerato el futuro director de la Residencia de Estudiantes Alberto Jiménez Fraud, al igual que había hecho anteriormente Ricardo Orueta, que llegaría a ser director general de Bellas Artes.
Publicidad
Ya en los primeros años del siglo XX encontramos entre los jóvenes que participaron en los actos del tercer centenario del Quijote al cartameño José González Marín, que se hará famoso por sus recitales poéticos, y a Pedro Armasa Briales, quien con el tiempo sería subsecretario de Instrucción Pública y que, durante su etapa de exilio en Francia, facilitó la huida de judíos perseguidos por el régimen de Vichy.
Entre las figuras literarias tenemos el destacado caso del Premio Nobel Vicente Aleixandre, que superó el examen de ingreso antes de trasladarse a Madrid por motivos familiares, y a Emilio Prados, que solo fue alumno oficial en el curso 1910-1911 pero que siempre recordó una de las inscripciones latinas del patio: «Prima sapientia est vita laudabilis». Entre los estudiantes del Instituto que cultivaron la amistad de Prados y del grupo de 'Litoral' en los años veinte estaban el escritor José Luis Cano, el político comunista Tomás García y los hermanos Darío y Manuel Carmona, ambos pintores y el primero de ellos secretario personal de Pablo Neruda. Otro miembro de la Generación del 27 que estudió varios cursos en la calle Gaona fue el poeta José María Hinojosa. Entre los escritores también tenemos a Esteban Salazar Chapela y Enrique Llovet Sánchez, Premio Nacional de Literatura en 1967.
Publicidad
Vinculados al mundo cultural previo a la guerra hay otros nombres como los del traductor Pedro Vances Cuevas, el editor Rafael Giménez Siles y el profesor Andrés Surís, que dio clases en el Dickinson College. Repasando las listas de estudiantes aparecen el archivero Francisco Bejarano Robles, el arqueólogo y antropólogo José Pérez de Barradas, el historiador José Antonio Ortega Medina y el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez. Un caso muy particular es el de otro filósofo, Manuel García Morente, quien, después de estudiar en Francia, aprobó todo el bachillerato en un solo día en 1903.
Si nos detenemos en el ámbito científico también hallamos personas con una notable trayectoria posterior: el farmacéutico y botánico Modesto Laza Palacios, el teólogo jesuita Antonio Due Rojo, director del Observatorio de la Cartuja en Granada; los oftalmólogos Adolfo Bosch Balcuende y Miguel Mérida Nicolich; los psiquiatras Miguel Prados Such y Fernando Álamos de los Ríos; el cristalógrafo y geoquímico Rafael Candel Vila; el matemático Gonzalo Sánchez Vázquez; o el científico Juan Planelles Ripoll, descubridor de un tratamiento contra la disentería y responsable de los servicios sanitarios del bando republicano durante la Guerra Civil. Caso aparte es el de Severo Ochoa, que siempre guardó un gratísimo recuerdo de su Instituto, incluso cuando recibió el Premio Nobel de Medicina en 1959, siendo asiduo visitante del mismo hasta pocos meses antes de su muerte.
Publicidad
Muchas de estas personas no nacieron en Málaga y muchos de estos nombres acabaron en el exilio, pero todos registran biografías apasionantes y todos forman parte de la historia del viejo Instituto malagueño.
Las primeras mujeres que solicitaron matricularse en el Instituto de Málaga lo hicieron en 1878. Las pioneras fueron tres: María Corvetto Ledesma, Ángela Mateos Lozano y Magdalena Crespo Pérez. En las cuatro décadas siguientes su presencia en las aulas de enseñanza media siguió siendo casi anecdótica. La primera alumna oficial (es decir, en recibir clase en el Instituto) fue María Gádor Cazorla Salmerón, en 1892. A principios del siglo XX vamos encontrando algunos nombres más, pero todavía muy pocos, con predominio de la matrícula libre y generalmente después de cursar Magisterio. En el Instituto de Málaga podemos destacar los casos de Concepción Lazárraga, quien se licenció en Farmacia y amplió estudios en Estados Unidos y Alemania; Francisca Medina Verdeja, que hizo el bachillerato en dos cursos y luego fue la primera mujer en ejercer la Medicina en Andalucía; Victoria Kent, que convalidó las asignaturas antes de marcharse a Madrid para estudiar Derecho y ejercer como abogada; y Leonor Gaona Constante, que obtuvo el título de bachiller en Málaga y después se convirtió en la segunda mujer en licenciarse en Medicina en Granada. de Barbastro (Huesca).
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.