El Hotel Caleta hacia 1940. Centro de Tecnología de la Imagen-Universidad de Málaga
Abierto hasta que termine la guerra: El Hotel Caleta Palace entre 1936 y 1939
A la sombra de la historia ·
Al estallar la Guerra Civil el establecimiento hotelero más importante de la ciudad, el Miramar, fue convertido en hospital de sangre para atender a los heridos en el frente
víctor heredia
Domingo, 15 de agosto 2021, 00:35
Al estallar la Guerra Civil el establecimiento hotelero más importante de la ciudad, el Miramar, fue convertido en hospital de sangre para atender a los heridos en el frente. En consecuencia, el único hotel de lujo que permaneció abierto durante los siguientes tres años fue el Caleta Palace. Una parte de la historia de Málaga en ese periodo trágico sucedió entre los muros del edificio situado a los pies de El Limonar, que había sido construido en 1920 como el primer ejemplo de la arquitectura del relax en la Costa del Sol.
La publicidad de los años treinta lo presentaba como un alojamiento sofisticado y moderno, especialmente orientado a una clientela anglosajona. Entonces dirigía el hotel Eleazar Bermejo, quien posteriormente tendría a su cargo establecimientos de categoría como el Ritz de Madrid y el Pez Espada de Torremolinos.
Aunque el Caleta Palace no dejó de funcionar como hotel, estuvo al servicio de las autoridades gubernamentales. No hay que olvidar que el todopoderoso Comité de Salud Pública estableció sus oficinas en Villa Salcedo, a pocos metros del hotel. El Caleta también se convirtió en una referencia para la comunidad extranjera que se mantuvo en la ciudad durante los primeros meses de la guerra. El zoólogo jubilado Sir Peter Chalmers-Mitchell comenta en su libro 'Mi casa de Málaga' que el cónsul británico «tenía información de que el ataque final a Málaga podía producirse en cualquier momento. Se había ocupado de que un buque británico estuviera anclado en frente del hotel Caleta Palace, y que cuando llegara el momento, botes protegidos por marinos se acercarían al hotel para llevarse a los ciudadanos británicos».
En esos difíciles momentos el hotel sirvió de base para el inglés George William Grice-Hutchinson, que se dedicaba a hacer viajes en su pequeño yate 'Honey Bee' entre Málaga y Gibraltar, llevando a personas perseguidas y trayendo comida y medicamentos. Para esas tareas utilizaba como punto de atraque la minúscula playa situada junto al hotel, que le otorgaba la discreción necesaria.
Membrete del hotel en un documento de 1937.
Archivo Histórico Provincial de Málaga
Chalmers también recoge el testimonio de Arthur Koestler de que en el Caleta Palace se alojaron pilotos rusos. En su relato sobre uno de los últimos bombardeos de la aviación franquista añade: «Después supimos que dos aviones rusos pusieron a la fuga a los bombarderos, abatiendo al menos a uno de ellos. Sin embargo sólo volvió uno de los 'cazas', y me contó un hombre que vivía en el Hotel Caleta Palace que durante toda la noche dos de los camaradas del piloto muerto en combate, lloraron desconsoladamente en sus habitaciones por el trágico destino de su amigo fallecido». Probablemente el fallecido sería Anton Kovalevskii, 'Casimiro', perteneciente al primer grupo de pilotos soviéticos llegados a España y que a principios de 1937 había sido destinado con otros rusos para la defensa aérea de Málaga. Al mando de un 'chato' fue abatido el 1 de febrero en un combate aéreo con un bombardero Savoia-81 al que consiguió derribar antes de caer.
Continuando su relato, Sir Peter nos cuenta que el 3 de febrero se presentaron en su casa los periodistas Arthur Koestler y Gerda Grepp, que «tenían reservadas unas habitaciones en el Hotel Caleta Palace donde también se alojaban algunas autoridades militares». Grepp trabajaba como corresponsal para un periódico noruego y se marchó de Málaga el día 6 de febrero. Luis Miguel Cerdera cuenta que el famoso general Kleber, nombre de guerra del agente soviético Manfred Stern, se hospedó en el Caleta junto a varios oficiales rusos en esos días.
El hotel en la etapa franquista
Peter Chalmers-Mitchell
El general Miguel Cabanellas, el de mayor edad que se había unido al levantamiento militar y que por ese motivo había presidido inicialmente la Junta de Defensa antes de la subida de Franco al poder absoluto, se encontraba alojado en el Caleta cuando falleció el 13 de mayo de 1938. El hotel continuaba su actividad, y a principios de diciembre de ese mismo año anunciaba la apertura del bar con motivo de la llegada a la ciudad de la primera expedición de turistas que recorría la Ruta de Guerra de Andalucía organizada por Luis Bolín. Los domingos se mantenían los bailes animados por la Orquesta Artola y en los veranos el hotel seguía instalando casetas de baños para sus clientes en la pequeña playa de la desembocadura del arroyo. El 29 de abril de 1939 el Caleta acogió el baile de gala con el que el gobernador civil agasajó a los oficiales de la escuadra alemana. El establecimiento sobrevivió poco tiempo al fin de la guerra, ya que en febrero de 1942 fue vendido a la Falange para convertirlo en sanatorio.
Cuando la caída de Málaga era inminente el hotel se quedó vacío. Entonces Chalmers le ofreció a Koestler trasladarse a su casa, donde se produjo el conocido y tenso reencuentro entre Luis Bolín y Koestler. Chalmers había protegido a la familia de Bolín, pero éste había jurado vengarse de Koestler después de un incidente entre ambos ocurrido en Sevilla en los primeros días de la guerra. Chalmers fue trasladado al Caleta, en el que se encontró un ambiente muy distinto al de días anteriores: «El hotel, casi vacío cuando yo había estado allí el sábado anterior para despedir a Gerda y a Koestler, estaba ahora lleno. Había oficiales brindando entre ellos, sacerdotes vestidos ostentosamente, y algunos ancianos vestidos de negro repartidos por el comedor que parecían personas distinguidas a juzgar por la deferencia con que eran tratados».
Chalmers envió una nota a Edward Norton informándole de que se encontraba detenido en el Caleta Palace. El antiguo cónsul de los Estados Unidos se encargó de gestionar el traslado de Chalmers a un buque inglés, como narra el propio Norton en su libro 'Muerte en Málaga'. Una vez ocupada la ciudad por las tropas franquistas el hotel siguió funcionando como tal, alojando preferentemente a mandos militares. Estas y otras historias que se desarrollaron entre las paredes de este edificio inspiran la película 'Caleta Palace', que desde hace varios años está preparando el director malagueño José Antonio Hergueta. Sin duda, son historias de película.
Uno de los salones del hotel.
Centro de Tecnología de la Imagen-Universidad de Málaga
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