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Iniciales de Enrique Grana en el techo de la calle Granada e iniciales de Enrique Grana en su casa de la calle Granada, en las dos primeras fotos (cortesía de Alfonso Vázquez). Abajo, iniciales de Álvarez Net. (cortesía de José Álvarez-Net)
Las firmas de los burgueses malagueños
A la sombra de la historia

Las firmas de los burgueses malagueños

Martes, 8 de agosto 2023, 00:07

El paseante curioso de los temas malagueños habrá observado que en algunas casas de finales del siglo XIX –y en otras de entrado ya el siglo XX– lucen sobre los dinteles de las puertas las iniciales de la persona que construyó el edificio. Se trata de una señal de distinción de la burguesía, común a otras ciudades, de manera que su nombre quede para la posteridad, permaneciendo así en el tiempo. Esta firma o señal puede convertirse en un artístico anagrama, diseñado para contener las iniciales del nombre o de los apellidos de algún burgués. En esta entrega pondremos algunos ejemplos, siendo conocedores de que la lista se puede ampliar y de que hubo muchos más, hoy tristemente desaparecidos. Seguramente se conserven otros casos en las villas del Limonar que no he podido localizar.

En el número 33 de la calle Granada (antes 61) se levanta la casa de Enrique Grana. Este antepasado del alcalde García Grana, comerciante de granos, vinos y aceites, se dedicaba a la exportación de estos productos desde su oficina de Cortina del Muelle. Fue uno de los primeros propietarios del Teatro Cervantes y accionista del Banco de España en Málaga. La urbanización San Enrique de Torremolinos le debe su nombre. Como miembro de la alta burguesía mandó construir su propio panteón en el cementerio de San Miguel. En su casa de la calle Granada dejó grabadas las iniciales de su nombre dentro del portal, junto a la fecha de construcción del edificio (1871), y el anagrama de sus iniciales –una E y una G abrazadas– en el techo. Esta casa se edificó sobre parte del solar del antiguo convento de San Bernardo. En sus bajos, haciendo esquina con Méndez Núñez, estuvo la conocida tienda de ultramarinos 'El Aeroplano', de Lucio Sanz y hoy abre sus puertas en uno de sus locales la taberna 'La Campana'.

En el zaguán del número 1 de la calle Ángel se conservan dos bellas puertas de madera de caoba que lucieron antes en el banco que los Álvarez Fonseca tuvieron en la calle Nueva. En una de las hojas está grabada una artística A y en la otra una N, pertenecientes a José Álvarez Net (1863-1954). Este emprendedor comerciante fue presidente de la Cámara de Comercio, Cónsul Honorario de Liberia y Senador del Reino. Fundó en 1906 la entidad Fomento Comercial Hispano-Marroquí con objeto de intensificar y canalizar las relaciones comerciales con el país vecino. Hombre cosmopolita, dio la vuelta al mundo en barco y tomaba las aguas en el balneario alemán de Baden-Baden. Fue propietario del automóvil MA-4, un Panhard grandísimo con dos filas de asientos detrás de las del conductor. Este vehículo fue utilizado por el rey Alfonso XIII cuando visitó Málaga en 1907.

Anagrama de Cipriano Martínez, anagrama de Francisco García Almendro, anagrama de Pedro Alonso e iniciales de Juan Alonso estampadas en un plato

Para informarme sobre cómo se grababan estos cristales acudo a Cristalería Malagueña, donde soy atendido por dos expertos en la materia. Me explican que estos cristales se grababan al ácido, cubriendo todo el cristal con un molde en el que estuviera dibujado el anagrama con las iniciales y aplicando después el ácido, que se quedaba estampado sobre el vidrio para siempre. En el caso de los de Álvarez Net, esta operación hubo que repetirla una segunda vez, de manera que se quedó grabada al ácido en dos tonos diferentes, lo que convierte a estas puertas en un objeto aún más exclusivo.

Otros anagramas malagueños

Julio Goux firmó con sus apellidos la casa que edificó en la calle Especerías (aunque la entrada al edificio se practicaba por la calle Salvago, antes de Manuel Altolaguirre). En realidad se llamaba Julián Goux, pero se cambió el nombre por el de Julio. Los Goux procedían de los Pirineos franceses, desde donde llegaron también los Lacoste, Laubère o Barrère, y todos se dedicaron al comercio de la ferretería. Julio Goux fundó El Candado y sus coterráneos Pedro Arribere y Pedro Temboury El Llavín y La Llave, respectivamente. El camerano Pedro Alonso García (1831-1881) dejó esculpidas en piedra sus iniciales en el edificio que labró en el número 9 de la calle Sánchez Pastor en 1878. Su anagrama se conserva hoy, grabado en bronce, en las manivelas de las ventanas y de las puertas de su casa burguesa, en la primera planta o principal. Su sobrino y heredero, Juan Alonso Cossío, hizo estampar las iniciales de su nombre en objetos de uso cotidiano. Es el caso de su vajilla, encargada en Londres, y que luce su atractivo anagrama en todas sus piezas.

Vayamos ahora al número 12 de la calle Marín García. En este edificio se estableció el famoso restaurante 'La Alegría' (1893-1988), fundado por Cipriano Martínez Ocaña, natural de Lucena. Este trabajador empresario implantó el plato del día y las medias raciones y elevó la cocina casera malagueña a altas cotas de calidad. En el reservado del restaurante, en sus primeros años de existencia, se celebraban unas apoteósicas juergas flamencas por las que pasaron los mejores cantaores de la época. Contaba Bejarano que don Cipriano era una persona inteligente, educada, amable y enérgica cuando la circunstancias lo exigían. Cipriano Martínez dejó también grabadas las iniciales de su apellido en el portal de su casa, antes de fallecer en 1936.

Pongamos un último ejemplo. En el número 1 de la calle Marqués del Vado, antes de llegar a la plaza de Mitjana, labró una casa a finales de los años veinte del siglo pasado Francisco García Almendro y su artístico anagrama se quedó impreso en sus puertas de madera. Hijo de unos de los molineros del acueducto de San Telmo, estudió la carrera de Derecho y se convirtió en un prestigioso abogado. Fue alcalde de Málaga durante el desastre de Annual y coordinó la asistencia de la ciudad a los heridos. Desde entonces el escudo de Málaga ostenta el título de 'Muy Benéfica'. Falleció en 1958 cuando su hijo, Francisco García Grana, llevaba solo tres meses ocupando la alcaldía de nuestra ciudad.

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