Fanny Medina, la primera mujer en ejercer la Medicina en Andalucía

La feminización de las profesiones sanitarias ha recorrido un largo camino en el que podemos destacar los nombres de algunas pioneras, como la citada Fanny Medina. La presencia de mujeres en las enseñanzas universitarias se fue incrementando progresivamente desde que en 1910 quedó derogada la obligación de solicitar una autorización especial para acceder a los estudios superiores. En los años treinta ya había más de dos mil jóvenes universitarias en todo el país, siendo Medicina, Farmacia y Filosofía y Letras las carreras preferidas por las españolas que podían permitirse cursarlas. Para entonces se había resuelto la cuestión de la validez profesional de los títulos académicos obtenidos por mujeres, asunto que generó intensos debates a finales del siglo XIX, cuando podían estudiar una carrera pero no desempeñar la profesión para la que se habían formado.

La primera mujer que se matriculó en Medicina fue Elena Maseras en 1872. La primera andaluza, Antonia Monreal, acabó sus estudios en Cádiz en 1896, aunque Eudoxia Píriz, que concluyó la carrera en 1920 en la Universidad de Granada y que se inscribió en el Colegio de Médicos granadino en 1923, ha sido considerada la primera mujer en colegiarse –y por tanto en estar capacitada para ejercer profesionalmente– en Andalucía. Pero todo parece indicar que realmente la primera mujer que practicó de forma profesional y pública la Medicina en la región fue Fanny Medina, que ya en 1922 tenía una consulta abierta en la misma calle en la que había nacido, Comedias.

En verdad disponemos de muy poca información sobre su vida. La historiadora Concepción Campos publicó las primeras referencias sobre esta malagueña, de la que sabemos que superó el Bachillerato en tan solo dos años, simultaneando estos estudios con los de Magisterio. En 1911 comenzó la carrera en la Facultad de Medicina de Cádiz, ciudad en la que residió acompañada de su madre. En 1914 elevó un escrito al Ayuntamiento afirmando que poseía el título de bachiller, que era maestra y profesora de música y que hablaba tres idiomas. Obtuvo del municipio una pensión con la que pudo finalizar la licenciatura de Medicina con un buen expediente académico

En 1918 marchó a Madrid para proseguir con el doctorado en la Universidad Central, alojándose en la Residencia de Señoritas que dirigía María de Maeztu. Dos años después se graduó como doctora con la calificación de sobresaliente por unanimidad, presentando la memoria titulada 'Importancia ginecológica y aplicación terapéutica del radio en los procesos neoplásicos', que realizó bajo la dirección del prestigioso catedrático Sebastián Recasens.

Al año siguiente se casó con José María Bermejillo en la basílica de la Victoria. Medina fue la primera mujer en darse de alta en el Colegio de Médicos de Málaga, aunque lamentablemente su expediente no se conserva. Su inscripción se produjo antes de abril de 1922, cuando ya anunciaba su consultorio ginecológico.

En 1925 se trasladó a Barcelona, pero en 1930 figura de nuevo con consulta abierta en la calle Tejón y Rodríguez, especializada en 'enfermedades de la mujer y niños'. En 1935 fue denunciada por ejercer la profesión sin pagar las cuotas colegiales, según cuenta Gabriel Prados en su obra 'Málaga y sus médicos'. A partir de entonces perdemos su pista y desconocemos la trayectoria posterior de esta ginecóloga precursora.

Aun así los datos disponibles permiten afirmar que Fanny Medina fue la primera mujer en trabajar como médica en Andalucía. En Málaga habrá que esperar al año 1944 para encontrar a la segunda mujer colegiada, la oftalmóloga Lina Garnica Navarro. Poco después vendrían otras pioneras como Ana María Fernández Cívico y Marina Rodríguez Hernández. Ellas fueron las primeras de una larga lista de profesionales que en nuestros días se enfrentan a uno de los mayores retos de la Medicina en el último siglo.