
De la escritora gótica al actor pegón: Mary Shelley y Glenn Ford
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MARÍA Teresa Lezcano
Sábado, 29 de agosto 2020, 23:20
Tal día como hoy nacía Mary Shelley, que alumbró a Frankenstein, una de las primeras obras de ciencia-ficción de la literatura, y moría Glenn Ford, ejecutor de la bofetada más famosa de la historia del cine.
Mary Shelley 30-8-1797 / 1-2-1851
Treinta de agosto de 1797, Londres. Nace Mary Godwin Wollstonecraft, que dos décadas más tarde y ya matrimonialmente reconvertida en Mary Shelley, alumbraría una de las primeras obras de ciencia-ficción de la literatura, la celebérrima novela gótica 'Frankenstein o el moderno Prometeo'. Mary Godwin y Percy Bysshe Shelley se enamoraron cuando ella tenía diecisiete años y él veintidós, y la renuencia del padre de la primera, el filósofo político William Godwin, a aprobar la relación, impulsó a la pareja a celebrar sus primeras reuniones amorosas junto a la tumba de la escritora feminista Mary Wollstonecraft, a la sazón madre de Mary Godwin, que había emigrado al más allá de una infección posparto. Cuando el entorno de ultratumba de Wollstonecraft madre se les quedó pequeño a los amantes, estos se fugaron a Francia, aunque la escasez económica los devolvió en breve a Inglaterra, donde Percy Bysshe se convirtió en padre por partida doble: de su primera esposa, cuya separación de facto no era al parecer de facto completo, y de Mary, cuya primera hija murió con solo dos meses de vida. En mayo de 1816, Percy Bysshe Shelley, Mary Godwin y la hermanastra de esta última, en esas fechas embarazada de Lord Byron, se instalaron tan suizamente cerca del lago Lemán, en la hoy residencia de culto Villa Diodati donde en una noche de tormenta y previa apuesta para calibrar quién de los presentes concebía el mejor relato de terror, nació el 'Frankenstein' de Mary Shelley y 'El vampiro' de John Polidori, médico de Lord Byron que se suicidaría galenamente cinco años más tarde con un chupito de ácido prúsico, también conocido como cianuro. Un año después, se ahogó el romanticismo poético de Percy Bysshe, no metafórica sino orgánicamente recubierto de sus partes perecederas, y antes de ser incinerado por disposición de Byron en una playa cercana a Viareggio, le fue extraído el corazón, que Mary guardó envuelto en seda hasta su propia muerte, acaecida casi tres décadas después, cuando un tumor cerebral envió sus restos mortales a Bournemouth y su 'Frankenstein' a la inmortalidad donde sigue renaciendo 'ad infinitum' su monstruo tan literariamente celebrado como intrínsicamente maldito. «Yo en cambio llevaba un infierno dentro de mí y nadie podría arrancarlo jamás». Oh, dear.
Glenn Ford 1-5-1916 / 30-8-2006
Doscientos nueve años después del nacimiento de Mary Shelley, moría en California Glenn Ford, cuya versatilidad le había encumbrado a la prominencia de la edad de oro hollywoodense. Nacido en Quebec como Gwyllyn Samuel Newton Ford, un ya nominalmente rebautizado y territorialmente americanizado Glenn se entretuvo con la 20th Century Fox y la Columbia Pictures antes de alcanzar la celebridad propinándole a Rita Hayworth la bofetada más famosa de la historia del cine, en una escena durante la cual Gilda/Rita se quita un guante con la misma sensualidad que si se estuviera desvistiendo integralmente; impudicia a la que Johnny/Glenn responde arreándole a su antigua amante un sopapo harto celebrado por la cinematografía de la época pero cuya contemporaneidad hubiese implicado un inequívoco ejemplo de violencia de género. Tras abofetear a Hayworth bajo la dirección de Charles Vidor, varios realizadores intentaron repetir el éxito comercial del binomio aunque se ve que, al no reproducirse la cachetada gildiana, el espectador medio se aburría y Ford emigró a la Metro-Goldwyn-Mayer para cabalgar 'Los cuatro jinetes del apocalipsis' de Vincente Minnelli e interpretar papeles de galanes. Mientras, Ford se hizo amigo del matrimonio Reagan de antes, durante y después de la presidencial Casa Blanca; se casó y se divorció en cuatro ocasiones; mantuvo sonados romances con Joan Crawford, Judy Garland, Brigitte Bardot, Rita Hayworth herself y un indelimitado etcétera; engendró un hijo biológico llamado Peter y otro cinematográficamente adoptado que fue nada menos que Clark Kent, es decir Superman, y empezó a relegar el séptimo arte para dedicarse a la cría de caballos en su rancho californiano. Comenzó asimismo a cultivar la cata ingente de Bourbon, una afición que venía practicando desde décadas atrás pero que las praderas y las caballerizas californianas reavivaron a modo de inextinguible sed que, pese a agriarle el carácter, lo conservó etílicamente hasta los noventa años, antes de los cuales fue homenajeado con el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián y con un Globo de Oro al mejor actor por la película 'Pocketful of miracles' aunque nunca llegó a alcanzar el Oscar perseguido, que siempre parecía ir dos pasos por delante de sus anhelos galardonables. «Put the blame on Mame, boys, put the blame on Mame...».
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