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José Luis López Vázquez FlixOlé
El curioso origen de la palabra 'guiri': de las Guerras Carlistas a las invasiones suecas

El curioso origen de la palabra 'guiri': de las Guerras Carlistas a las invasiones suecas

Un término que viajó de boca en boca desde la María Cristina que «me quiere gobernar» hasta la primera Astrid que pisó la playa de La Carihuela

Ángel de los Ríos

Málaga

Domingo, 2 de agosto 2020, 13:50

Seguro que tienes uno de esos amigos que, verano tras verano, te pregunta si conoces el origen de la palabra 'guiri'. «¿No? Pues la acuñamos aquí, en Málaga». Cómo no, en la Costa del Sol, donde parece que hemos inventado todo lo que se refiere al turismo, pero nada más lejos de la realidad. Circulan bulos sobre que, cuando el 'boom' turístico de la Costa en los 60, la de José Luis López Vázquez descocado en 'El turismo es una gran invento', aquí no hablaba inglés nadie. Los malagueños, como siempre, ingeniando para buscarse las habichuelas empezarían a adaptar el vocabulario foráneo a sus dejes, véanse 'aliquindoi' o 'guarrito' como ejemplos. No es raro en los pueblos marineros y con contacto con otras lenguas: Cádiz o Canarias, sin ir más lejos. Así que, cuando las playas se llenaron de suecas, alemanas e inglesas, que se hacían llamar «girls», los de aquí acabarían adaptándolo a «guiris». No nos engañemos, suenan casi igual. Una historia bonita, si no fuera porque no es verdad.

Puede sorprender, pero el término 'guiri', «turista extranjero», proviene del vasco. Diccionario de la RAE mediante, llegamos a saber que incluso se llegó a denominar así a los miembros de la Guardia Civil, aunque esta última acepción está bastante en desuso. ¿Y eso del euskera? Pues sí, concretamente el origen data de las galdosianas Guerras Carlistas del siglo XIX en España.

Es en la obra '300 historias de palabras: Cómo nacen y llegan hasta nosotros las palabras que usamos', donde ahondamos en su etimología. En este glosario, dirigido por Juan Gil, catedrático de Filología y miembro de la Real Academia Española descubrimos cómo este 'guiri' procede de un acortamiento de guiristino, adaptación de 'cristino'. ¿Y quiénes eran esos cristinos? En ese convulso siglo español (cuál no) era el nombre de los los partidarios de María Cristina, viuda de Fernando VII y regente, en el enfrentamiento que mantuvo en nombre de los derechos sucesorios de su hija, la futura Isabel II. Enfrente, los carlistas, defensores de Carlos María Isidro de Borbón, hermano del rey, cuyas pretensiones abocaron al país a la Primera Guerra Carlista

En el País Vasco y Navarra, de donde viene el términos, se apoyó de forma muy mayoritaria la causa de don Carlos, asociado al absolutismo y los valores tradicionales, de modo que los liberales 'cristinos' (pronunciados 'guiristinos'), fueron percibidos, despectivamente, como gente ajena, foránea o extranjera. Frecuentemente, la voz se utilizaba de forma abreviada, como recoge Juan Gil en obras de Pardo Bazán, Pío Baroja o Benito Pérez Galdós.

Aunque el proceso de incorporación al español con su significado actual no está claro, el libro '300 historias de palabras' relaciona que se empezara a utilizar en zonas turísticas como la Costa del Sol en los sesenta «con su fonética». Aunque en el Diccionario desde 1925, no es hasta 1984 cuando la RAE añade la acepción de «turista» a la palabra. Hay, a todo esto, una curiosidad de uso que añaden muchos autores: los guiris son ingleses, franceses, alemanes, suecos o, incluso, americanos. Pero un italiano o un mexicano nunca serán llamados 'guiris'. ¿Por qué? Uno de los misterios del uso común de un término que viajó de boca en boca desde tiempos María Cristina (la que «me quiere gobernar») a la primera a la primera Astrid que pisó la playa de La Carihuela en vuelo con escalas desde Estocolmo.

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