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Restos de la casa que se hizo construir el Padre Cristóbal en la sierra.
El controvertido cura de Alameda que decidió irse a vivir en mitad de la sierra a mediados del siglo XIX

El controvertido cura de Alameda que decidió irse a vivir en mitad de la sierra a mediados del siglo XIX

El Padre Cristóbal, al que algunos tachaban de locos y otros de profeta, se hizo construir una humilde vivienda en el monte, de la que hoy sólo se conservan los cimientos

Lunes, 6 de mayo 2024, 00:13

Nació antes y se murió más tarde que el mítico bandolero El Tempranillo, al que seguramente llegó a conocer. Pero, no es ni mucho menos tan conocido fuera de Alameda. Dentro del pueblo, sin embargo, ocupa un curioso lugar en la historia. Para algunos fue un loco, para otros un sabio o incluso un profeta. La personalidad del cura Cristóbal de la Fuente, nacido en 1805 en este pueblo del norte de Málaga, no deja indiferente. Y mucho menos algunas de sus excentricidades.

Este religioso es recordado con un panel descriptivo de la que fuera su casa, que se hizo construir en 1850 en la sierra de la Camorra, a más de quinientos metros sobre el nivel del mar. Fue una humilde morada, dotada con un única habitación, desde la que podía contemplar una panorámica no sólo de Alameda sino también de otros pueblos del entorno. Hoy de aquella vivienda quedan apenas un puñado de piedras que no dejan ver los cimientos de la misma.

No se sabe con certeza el motivo por el que el Padre Cristóbal decidió irse a vivir hasta este recóndito lugar, que hoy es accesible gracias a la ruta de senderismo que lleva hasta la Cruz de Alameda. De este cura se sabe que se formó y vivió en un convento franciscano de Estepa hasta 1837, pero tuvo que salir de allí tras el conocido proceso de desamortización de Mendizábal. Después de dejar aquella vida conventual, estuvo casi trece años cuidando a su madre en el propio pueblo hasta que decidió dejar aquella vivienda y trasladarse a una vida más tranquila en un enclave que no era fácilmente accesible. A pesar de ello, había muchos vecinos que acudían hasta allí para contarles sus problemas y pedirle consejo. Otros iban directamente a llevarle sus ofrendas.

Hay un cartel que recuerda su controvertida historia. Desde la casa del Padre Cristóbal hay poca distancia hasta la Cruz de Alameda.
Imagen principal - Hay un cartel que recuerda su controvertida historia. Desde la casa del Padre Cristóbal hay poca distancia hasta la Cruz de Alameda.
Imagen secundaria 1 - Hay un cartel que recuerda su controvertida historia. Desde la casa del Padre Cristóbal hay poca distancia hasta la Cruz de Alameda.
Imagen secundaria 2 - Hay un cartel que recuerda su controvertida historia. Desde la casa del Padre Cristóbal hay poca distancia hasta la Cruz de Alameda.

Este lugar, que hoy es uno de los hitos de la mencionada ruta, está en una zona de calizas. De hecho, con esas piedras se puede ver que se construyó buena parte de aquella vivienda. Allí estuvo viviendo el Padre Cristóbal hasta dos años antes de su muerte, ya que en 1868 decidió volver a vivir al pueblo que lo vio nacer.

Tras su fallecimiento en 1870, en el pueblo se despertó un fervor e incluso una gran devoción por su persona. Incluso comenzaron a bautizarse muchos niños y niñas con los nombres de Cristóbal y Cristobalina.

De él se llegó a decir que era un sabio o incluso un profeta, ya que vaticinaba, según se decía en aquella época, algunos acontecimientos. Hay quien dice que adelantó la llegada de la luz eléctrica, y que auguró que llegaría un día en el que todas las luces se encendieran a la vez. Incluso aseguró que habría coches sin que estuvieran tirados por caballos o que los hombres podrían volar.

No tuvo tanto tino cuando se refirió a Alameda, ya que del pueblo dijo que aumentaría su población hasta los cuarenta mil habitantes, aunque la realidad desde entonces ha sido bien distinta. Por eso, hay quien lo tachó de loco y excéntrico.

Hoy a este lugar se llega por una ruta de senderismo.

También en su peculiar historia hay quien señala que el recuerdo de su reloj de bolsillo, que hacía un ruido muy especial. Este sonido, según una leyenda popular, lo escuchan algunos vecinos cuando se acerca la muerte de un ser querido.

Hoy quien quiera acercarse hasta el lugar donde llegó a residir durante una cuarta parte de su controvertida vida sólo tiene que hacer el camino que sale desde la parte alta del pueblo hasta la Cruz de Alameda. Una vez superado el ecuador del recorrido llega este hito histórico. Después se podrá llegar a la citada cruz, que ofrece otra vista panorámica del pueblo que vio morir en el siglo XIX a este cura y también al bandolero más famoso de España, El Tempranillo.

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