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Coronación de la Virgen de la Victoria-
La coronación y concesión de la medalla de oro de Málaga a la Virgen de la Victoria

La coronación y concesión de la medalla de oro de Málaga a la Virgen de la Victoria

Tribuna de la Historia ·

Son varias las leyendas que rodean a la imagen y que, al margen de estudios históricos que puedan confirmar su origen, la patrona de la ciudad ocupa el primer lugar en cuanto a culto mariano en nuestra ciudad

Lunes, 26 de agosto 2019, 00:40

Rafael Bejarano escribió el prólogo del facsímil que se publicó en 1993 de la obra de Joaquín María Díaz de Escovar: 'La imagen de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona de Málaga'. Siguiendo muy de cerca su texto, les relataré cómo fue el origen de la imagen y la publicación del libro, así como la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Virgen de la Victoria, Patrona de Málaga.

La imagen de la Virgen de la Victoria está íntimamente relacionada con la conquista de Málaga por los Reyes Católicos acaecida en 1487. La tradición ha perpetuado la idea de que fue una ofrenda enviada a los monarcas por el emperador Maximiliano de Austria y que recibía culto en el oratorio de campaña del rey Fernando hasta que, una vez conquistada la ciudad, los monarcas mandaron construir una ermita en el mismo lugar en el que estuvo plantada la tienda del rey. Existe constancia documental de 1493 de que en dicha ermita se veneraba una imagen de la Virgen y que dos años más tarde propició que se fundara en el mismo lugar el primer convento de Franciscanos Mínimos de Andalucía.

Estudios recientes confirman que la imagen que portaban los reyes era la Virgen de los Reyes, bastante más pequeña y ligera y que recibe culto en la Catedral y que la imagen de nuestra Patrona fue realizada en Andalucía a fines del siglo XV, creada en principio para ser colocada en un retablo y habiendo sido transformada en varias ocasiones entre otros motivos para ser contemplada exenta en su actual camarín, siendo puesta en valor plenamente como obra de arte hacia 1930 cuando dejó de revestirse para poder contemplarse su soberbia talla.

Procesión de la Virgen de la Victoria en 1911. SUR

Son varias las leyendas que rodean a la imagen y la gran advocación mariana que desde el principio tuvo en la ciudad han hecho que, al margen de estudios históricos que puedan confirmar su origen, la imagen de la patrona de la ciudad ocupe el primer lugar en cuanto a culto mariano en nuestra ciudad.

A partir de 1836, con la Desamortización de Mendizábal, se procedió a la exclaustración de la Orden Mínima; y ya en 1867 tuvo lugar la reducción de días festivos en España decretado por Pío IX, suprimiéndose la fiesta de la Natividad de la Virgen. Poco ante, en 1856 se creó una Congregación de Señoras para rendir culto a la Virgen de la Victoria.

El Decreto Apostólico de Pío IX incluía la supresión de la fiesta de la Natividad de la Virgen, pasando a ser el domingo anterior al 8 de septiembre. En el indicado decreto, también incluía la práctica de que en cada diócesis se dispusiese sólo de un patrón, designado desde la Santa Sede. El Obispo de Málaga de aquellos años, Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez, solicitó al Papa el deseo de que la Santa María de la Victoria fuera declarada como Patrona principal de Málaga y su Diócesis. Pío IX respondió afirmativamente a esta petición, decretando un Breve el día 12 de diciembre de 1867, por el que Nuestra Madre era declarada como Patrona principal, siendo fiesta cada año el 8 de septiembre.

Parece ser que los inicios para solicitar la coronación canónica de la imagen de la Victoria datan de 1939. El camino para conseguir su concesión se ejercía por medio y a criterio del Cabildo Vaticano, el cual establecía tres requisitos para otorgar el privilegio: ser una imagen con antigüedad; que hubiese sido de manera constante objeto de culto y devoción; y que se hubiese comprobado la existencia de milagros o protecciones por su intercesión. La patrona de Málaga cumplía ampliamente dichos requisitos. Así, fue solicitada a Roma, al Papa Pío XII, el 18 de agosto de 1940. Y Federico Tedeschini, Cardenal Arcipreste de la Basílica de San Pedro, expidió el Breve por el que se concedía la coronación canónica a la Patrona de Málaga.

Una vez confirmado el beneplácito, el 26 de octubre de 1941 se constituyó la Junta Pro Coronación Canónica de la Virgen de la Victoria. La presidencia de dicha Junta la ostentaba el Obispo de la Diócesis, Balbino Santos Olivera, en unión del alcalde y del presidente de la Diputación, Manuel Pérez Bryan. La junta solicitó al Ayuntamiento una subvención de 25.000 pesetas. El Obispo opinaba que, para sufragar los gastos de la coronación, la cuantía económica a recaudar para la adquisición de las coronas, se debería obtener mediante una suscripción popular.

En noviembre de 1941 se dividió la mencionada junta en dos comisiones: «Prensa y propaganda económica» y «Corona y cultos». Una de las primeras medidas adoptadas fue la elección del orfebre para la confección de la corona, el cual sería Félix Granda Buylla, cuyo diseño presentado fue aprobado por el Obispo.

Los actos religiosos en los que se enmarcaría la coronación, consistieron en una novena, que comenzaría el 30 de enero de 1943. Con el objetivo de realzar esta coronación, se realizaron una serie de actividades paralelas a las de índole religiosa, tales como: exposiciones, inauguraciones, corridas de toros, conciertos...

La Corporación Municipal apoyó totalmente esta iniciativa y así, el 5 de febrero de 1943, el alcalde Pedro Luis Alonso Jiménez dio una vibrante alocución a los malagueños. Hubo una serie de actos y, finalmente, el 8 de febrero, la jornada comenzó con una misa solemne en el Santuario, y después fue llevada en procesión a la actual Plaza del General Torrijos, al final del Parque, frente al antiguo Hospital Noble. Allí se levantó un altar, rodeado de un número muy elevado de sillas; donde la Virgen fue coronada canónicamente por el Nuncio Apostólico Monseñor Cicognani. Terminado el acto, se inició una procesión camino de la Catedral; y a continuación la Patrona regresó a su sede por el Compás de la Victoria, donde se situó bajo un arco levantado por iniciativa del Consistorio municipal.

Como broche a todas estas actividades, el Ayuntamiento, a través de su Delegación de Cultura, quiso rendir un homenaje a la Virgen con motivo de su coronación, y así publicó la obra titulada: 'Málaga por la Virgen de la Victoria'.

Cincuenta años después, en 1993, con motivo del aniversario de esta coronación, la Real Hermandad de la Virgen de la Victoria editó el facsímil de la obra de Joaquín María Díaz de Escovar: 'La imagen de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona de Málaga'; y la Agrupación de Cofradías le concedió la Medalla de Oro de la Agrupación.

En la rica tradición oral que siempre ha rodeado a la Patrona se conserva la memoria de que se decidió dar a la Patrona la Medalla de la Ciudad, este hecho unido a que existían numerosísimos ejemplos de otras ciudades que tienen concedido este reconocimiento a sus patronos, motivó que se retomase esta iniciativa, ya histórica, por parte de la Real Hermandad de Santa María de la Victoria.

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