Aunque hoy no está oficialmente como una comarca, en la provincia de Málaga hay una zona que en su día sí lo fue y que jugó un papel fundamental en la historia. Su nombre durante el antiguo Al-Ándalus fue el de Fashs Qamara, ... lo que hoy se traduciría como el Campo de Cámara.
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Tuvo su máximo esplendor bajo la dominación musulmana y tuvo un papel de vital importancia en el el abastecimiento del antiguo reino nazarí. Pero, curiosamente, hoy en día, a pesar de los siglos pasados, todavía se conservan muchos de sus productos y cultivos. De este fértil territorio, en el que hoy convergen varias comarcas malagueñas, se decía que era «un país de cereales», en el que abundaba el agua no hay ningún espacio que estuviera «desalojado» o fuera «yermo».
Olivares, campos de cereales, colmenas o habas son algunas de las parcelas agrícolas que se pueden ver hoy en esta zona, conocida también como el 'Granero de Málaga'. La comarca histórica estaría hoy compuesta por los términos municipales de Casbermeja, Almogía, Villanueva de la Concepción, Colmenar, Periana, Riogordo, Colmenar e incluso parte del territorio de Antequera.
Según las crónicas históricas, esta región agrícola estaría delimitada por los Montes de Málaga al sur, por el arroyo del Gévar al oeste, por el río Vélez al este y por el Arco Calizo Central y las sierras antequeranas al norte. Con esas fronteras naturales y con una climatología singular, el Campo de Cámara conserva todavía hoy la esencia de la agricultura tal y como se entendió durante la Edad Media. Hoy se unen allí las comarcas de la Axarquía, el Valle del Guadalhorce y la Vega de Antequera junto a los Montes de Málaga.
Desde Almogía a Periana, que distan entre sí más de 60 kilómetros y que pertenecen a distintas comarcas tienen en común su pertenencia a esta región histórica, avalada todavía hoy por la abundancia de cultivos tradicionales.
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La zona más occidental de esta comarca histórica estaría situada entre el Torcal de Antequera y la Sierra de las Cabras, donde nace prácticamente la corriente de agua que recibe el nombre de río Campanillas, uno de los afluentes más importantes del Guadalhorce. A lo largo de su curso, el río atraviesa y riega fundamentalmente los territorios de Villanueva de la Concepción y Almogía. Se trata de un amplio valle situado entre el parque natural de los Montes y la Hoya de Málaga.
No muy lejos de Almogía se encuentra el pantano de Casasola, que detiene parcialmente las aguas del Campanillas y crea un verdadero oasis, entre olivos, almendros y campos con abundantes plantas aromáticas, como el romero o el tomillo. Almogía tiene entre sus principales cultivos precisamente la almendra, conocida por su calidad dentro y fuera de la provincia.
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Por su parte, Villanueva de la Concepción, situado a los pies del Torcal, pero con una superficie más fértil aún presume de tener una amplia producción de productos agrícolas, entre los que sobresalen especialmente su aceite de oliva y sus habas.
Entre los Montes de Málaga y la Vega de Antequera el paisaje encuentra una perfecta transición en la franja delimitada al norte por las abruptas sierras de las Cabras y del Co, en la zona conocida también como el Puerto de las Pedrizas. Allí abundan los campos de cereales, que otorgan un color muy especial al paisaje en las distintas épocas del año: desde sus intensos verdes primaverales hasta su tonalidad pajiza de los primeros días del verano.
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El olivar también tiene gran importancia en esta zona de la provincia. De hecho, en el entorno de la aldea de Arroyo Coche, se pueden ver ejemplares centenarios e incluso milenarios, que resisten casi impasibles el transcurso de los siglos.
Hoy desde el propio pueblo de Casabermeja se puede realizar una sencilla ruta de senderismo circular bautizada precisamente con el nombre de Campo de Cámara. Aunque este itinerario no abarca nada más que territorio bermejo, sirve para dar una idea del valor que todavía tiene la agricultura en esta zona.
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Casabermeja es también la sede de la Asociación Nacional de Criadores de la Cabra Malagueña, que trabaja desde hace décadas para mantener y mejorar esta singular raza caprina, autóctona de buena parte de la provincia. La orografía del Campo de Cámara, que alterna zonas con pendientes y amplias dehesas son idóneas para la crianza de este tipo de ganado.
Muy cerca de Casabermeja se encuentra la aldea de Villanueva de Cauche, adscrita a la ciudad de Antequera. Este pequeño núcleo urbano fue hasta hace tan sólo unas décadas el último feudo de España, ya que todas las propiedades del casco urbano pertenecían al Marquesado de Cauche desde el siglo XVII. En su interior, todavía hoy se conserva tanto el palacio de esta familia noble como la iglesia que era también de su propiedad.
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Hasta hace tan sólo algunas décadas en Villanueva de Cauche sus vecinos pagaban simbólicamente a las marquesas propietarias de sus inmuebles con productos agropecuarios, como frutas, verduras, huevos y gallinas.
Más al este, se encuentra Colmenar, un pueblo de la Alta Axarquía que tiene parte de su territorio en el parque natural de los Montes de Málaga. Esta villa es conocida desde hace mucho tiempo por ser una verdadera despensa de la provincia. Embutidos, vino, aceite de oliva virgen extra, queso de cabra o miel son sólo algunos de los productos que allí se elaboran desde hace muchas décadas. Así, hoy son famosas las chacinas que se elaboran en esta localidad. Chorizos, morcillas, morcones o patés son sólo algunos de los ejemplos de esta próspera industria agroalimentaria, que con el tiempo no ha perdido su origen artesanal.
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También es conocida su tradición de elaborar vino mosto, ya sea dulce o seco, que se consigue gracias a un proceso aún artesanal. De hecho, son muchos los vecinos que elaboran cada año estos caldos. A ellos hay que unir las Bodegas José Molina, donde se elaboran hoy vinos de gran calidad.
En Colmenar también son famosos otros productos que dan sus tierras, como el aceite de oliva, las almendras, que son la base de su repostería, o la miel, cuya procedencia sirvió en su día para dar nombre al municipio, aunque ahora se produzca a menor escala. Eso sí, en la localidad tiene su sede el Museo de la Miel, un interesante recorrido por la tradición apícola de la zona, pero también por la actualidad de este producto. En el edificio, que en otros tiempos fuera la Hermandad de Labradores de Colmenar, se distribuyen los espacios y las salas temáticas sobre las colmenas, abejas, productos de la colmena y distintos tipos de mieles de Málaga.
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En la zona oriental del Campo de Cámara, aguarda Riogordo, un pueblo que en sus distintos parajes, muestra una perfecta armonía entre campos de cereales, olivares y almendrales.
Para disfrutar de un hermoso paseo, hay varias rutas senderistas que parten de Riogordo. Una de ellas es la del río de la Cueva, que cruza el término municipal y que, posiblemente, sea el origen del nombre del pueblo.
Según la tradición popular, su agua estaba y está tan llena de minerales, que los riogordeños la denominaban «gorda». El itinerario discurre, precisamente, a lo largo de un carril junto al río. A través del camino se van descubriendo antiguos molinos harineros como el de Virgen de Belén. Durante este recorrido el visitante pasa junto a huertas de tomates y frutales cítricos.
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Dentro del pueblo es una visita obligada el Museo Etnográfico de Riogordo, que alberga una interesante colección de enseres y utensilios usados en la vida cotidiana o en las tareas del campo hasta tan sólo hace algunas décadas.
De todo ese repertorio, sobresale muy especialmente su molino de sangre del XVIII, junto a una prensa de palanca del XIX. Estas piezas se ponen en funcionamiento para extraer aceite de oliva a la antigua usanza una vez al año en la Molienda de Riogordo.
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Por su parte, el pueblo de Periana es conocido entre otros motivos por ser el que más términos incluye en su territorio. Alguna de esas aldeas o diseminados tienen una larga tradición agrícola, como es la de Mondrón, asociada desde hace siglos a la elaboración del aceite de oliva de la variedad verdial.
En la entrada a su núcleo urbano, se puede visitar la almazara de San José Artesano, que incluye en su interior su propio Museo del Aceite. En éste, se pueden ver antiguas piedras de molino junto a distintas herramientas o útiles necesarios para la elaboración de denominado 'oro líquido de la Axarquía'. Entre esta aldea y otras cercanas se puede realizar varias rutas que pasan junto a olivos monumentales.
Entre los cultivos que se pueden ver en el entorno de Periana el que más llama la atención es el del melocotón. Esta fruta comenzó a producirse allí gracias a un vecino apodado 'El Rojo'. Este perianense se trajo de su viaje a Argentina plantones de este árbol, que encontrón un hábitat muy favorable en esta zona de la Axarquía.
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