Fábrica de caramelos de E. López León. Estudio Bienvenido Arenas. Archivo Fotográfico Histórico Universidad de Málaga

Caramelos malagueños contra la República

La capital de la costa del Sol contaba con cuatro fábricas de golosinas durante este tiempo según figura en los registros mercantiles

Lunes, 7 de diciembre 2020, 01:25

Cuatro son las fábricas de caramelos que, durante la República, aparecen en las guías mercantiles que hacen referencia a Málaga. Dos de ellas estaban instaladas en el mismo centro de la ciudad, a pocos pasos de la calle 14 de Abril: una, en calle Martínez de la Vega (hoy, Bolsa) y, otra, en calle Santa Lucía. En el barrio del Perchel, en Cuarteles número 4, se encontraba la fábrica de E. López León. Una cuarta empresa que participaba en esta dulce industria era 'La Vienesa', gran factoría malagueña localizada en la entonces densa zona fabril del barrio de La Trinidad.

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Desde 1927, año en que había adquirido la veterana marca y las instalaciones de la fábrica de chocolates La Riojana, La Vienesa tenía su factoría en el número 105 de la calle Padre Miguel Sánchez (hoy, Mármoles). Muy publicitada en la prensa de la época, contaba entre sus productos con el afamado Bombón Suizo, de venta en los establecimientos más selectos de la capital malagueña, entre ellos el Bazar Hispano, en calle Larios.

Aunque de menor entidad, la fábrica E. López León llegaba a emplear en ocasiones a más de veinticinco personas, siendo mayoritaria la mano laboral femenina. Un breve reportaje del Estudio Arenas, de extraordinaria calidad fotográfica, nos permite aproximarnos al modo de producción de esta industria artesanal.

Notable retrato social de época, trasciende la intención del momento y la finalidad, quizás publicitaria, que motiva el reportaje fotográfico. Sirve de elemento de interpretación que, a grandes rasgos, describe un determinado ambiente industrial en la Málaga de los primeros años treinta del siglo pasado: el espacio de trabajo, modelo de manufactura, utillaje, maquinaria… quedan delineados con exquisita precisión en estas cuatro fotografías.

Cuestión distinta es la autoría a quien cabe atribuir este breve reportaje. Resultado del bagaje empresarial del gran fotógrafo Juan Arenas, muy conocido en la ciudad desde la segunda década del siglo XX, engloba la participación de otros profesionales de la fotografía que no firman su obra. Arenas, que será el promotor y propietario de la empresa productora de imágenes más importante de Málaga durante cinco décadas, regenta ya en los años treinta dos reconocidos estudios: uno, en calle Santa María 8 y, otro, en Calderería 12; es propietario, editor y director de la revista ilustrada semanal Vida Gráfica y, además de mantener la corresponsalía fotográfica de varios medios de comunicación, su cartera de clientes incluye numerosas instituciones y destacadas corporaciones locales. La gestión empresarial debía ser entonces la mayor ocupación de Juan Arenas y, como era habitual en otros productores de menor fuste, las tomas fotográficas serían encargadas a empleados del estudio.

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Igualmente desconocida es la fecha exacta en la que se producen estas cuatro fotografías, pero podría aventurarse que no se aleja mucho del momento en que una nota de prensa publicita, negativamente, la empresa de E. López León. Nos referimos a la nota que aparece en el diario malagueño El Popular, de 3 de septiembre de 1932. De la que recogemos estos párrafos:

¡Los que no se quieren enterar!

La Guardia Civil se incauta de 100 kilos de caramelos, con la bandera bicolor.

Ayer tarde nos enteramos de un suceso registrado por la mañana, y que gracias a la labor rápida de la Benemérita había quedado completamente esclarecido.

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Aunque, oficialmente –ni en el Juzgado ni en el Gobierno Civil– no hay noticias del hecho, respondemos de su veracidad …

Personándose la Guardia Civil en la fábrica de caramelos de Emilio López León, y efectuado un registro, se encontraron que había 100 kilos de envoltorios de caramelos con la bandera monárquica, incautándose de los mismos, que fueron trasladados, según nuestras noticias, al Palacio de Justicia.

Parece que el dueño de la fábrica ha expuesto que el día 15 de enero de 1931 compró 158 kilos de envoltorios con los colores de la bandera nacional de aquella época, viniendo después la República, y no queriendo tirar dichos paquetes, los ha venido utilizando en remesas posteriores, habiendo gastado 58 kilos. El resto es lo que ha sido intervenido.

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No conocemos las consecuencias de aquello que el periódico El Popular ya prejuzgaba como punible, pero sí podemos imaginar que aquel acontecimiento pudo ser una eficaz carta de recomendación a presentar, en febrero de 1937, ante los que tomaban el poder en Málaga.

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