28 de agosto de 1992. Las obras de restauración de la Alcazaba —acaba de concluir la primera fase— han logrado recuperar todo el perímetro amurallado alrededor del palacio, que permanecía intransitable por el mal estado de la muralla y de las torres. Su consolidación y restauración nos descubre una zona inédita de la fortaleza, que estaba llena de tierra y maleza por el abandono. Según narraba la periodista Elena Blanco, «recorrer la nueva ruta de las murallas de la Alcazaba es una aventura que permite conocer mejor la fortaleza y ofrece una vista nueva de la ciudad, tanto de sus lugares más bellos como de sus miserias». La consolidación de la Alcazaba se completará con la remodelación del museo arqueológico y la instalación de un funicular que la unirá con Gibralfaro. La restauración que acaba de concluir afecta principalmente a la zona exterior, con la consolidación de los lienzos de muralla y de las torres del recinto de la fortaleza y del palacio. Las torres, casi en su totalidad, se han erigido de nuevo para poder cerrar todo el perímetro del castillo. El coste de la actuación ha sido de 300 millones de pesetas.
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