Secciones
Servicios
Destacamos
Víctor Heredia
Viernes, 18 de agosto 2023, 00:08
Hace cien años, en 1923, el desarrollo industrial de la economía malagueña vivió la puesta en marcha de dos grandes proyectos fabriles. Por un lado, empezaron las obras de la tan deseada Fábrica de Tabacos, una vieja aspiración de la sociedad local que por fin parecía que se iba a hacer realidad en las cercanías del barrio de Huelin. Algo más alejada se inauguró la fundición de plomo de Los Guindos, una empresa metalúrgica que representaba la modernización del modelo industrial de Málaga.
A mediados del siglo XIX empezó a definirse una gran área de localización industrial en las hasta entonces vacías playas de San Andrés. A principios del XX se amplió con nuevas empresas que se dispusieron siguiendo el eje de la calle Pacífico, surcado ya entonces por las vías férreas de los ferrocarriles suburbanos. Fue entonces cuando toda la zona acentuó su carácter de paisaje industrial.
En ese paisaje destacaban la Fábrica de Tabacos, por su volumen y calidad arquitectónica, y Los Guindos por su altísima chimenea. Pero eran muchas más. El extenso solar de los desaparecidos Altos Hornos se dividió entre los depósitos de combustible de Standard Oil (que pronto pasarían al monopolio de Campsa) y los talleres de VERS, dedicada a reparación de material ferroviario. En dirección a La Misericordia estaban la fundiciones metalúrgicas de Ruperto Heaton y de Manuel Ojeda en Huelin, la fábrica de abonos La Trinidad, la factoría de la Sociedad Ibérica de Superfosfatos, la llamada Fábrica de Esencias o de las Flores (que en 1918 fue reconvertida a la producción de superfosfatos con el nombre de San Carlos) y otras industrias y talleres.
En Málaga había existido una efímera fábrica de labores tabaqueras que había funcionado en el Palacio de la Aduana entre 1829 y 1834. Aquella experiencia dejó un cierto regusto de oportunidad perdida y la demanda local de una factoría se reactivó en varias ocasiones. En 1896 el gobierno de Cánovas accedió a la petición y se deslindaron unos terrenos en La Malagueta, pero el proyecto no prosperó. Cuando la Compañía Arrendataria de Tabacos solicitó autorización para construir una nueva planta en Tarragona, el ministro Francisco Bergamín logró el compromiso de la empresa para hacer otra en Málaga. Bergamín fue declarado hijo ilustre y predilecto de la ciudad.
El 29 de julio de 1923 se procedió a la colocación de la primera piedra en la Hacienda de San Rafael, con la asistencia de las autoridades locales, el obispo y el director de la compañía, Francisco Bustos. El proyecto fue realizado por los ingenieros Juan Francisco Delgado, Carlos Dendariena y Fernando Guerra. El arquitecto Mariano García Morales le dio el aspecto regionalista, y el ingeniero Francisco González-Estéfani dirigió los trabajos de construcción. El contratista fue Antonio Baena.
La fábrica, diseñada por el ingeniero alemán Félix von Schlippenbach, estaba destinada en principio a fundir los minerales extraídos en las minas propias de La Carolina. La maquinaria también era de origen alemán. Las operaciones se desarrollaban en tres fases, siendo la primera la tostación, en la que se obtenía óxido de plomo a partir de mena (sulfuro de plomo), eliminando el azufre en un proceso altamente peligroso. El óxido de plomo o sinter era fundido a continuación en un alto horno dotado con una elevada chimenea de 106 metros para evacuar los vapores tóxicos generados durante el proceso. Después venía el afino para eliminar las impurezas y separar la plata. El resultado era vaciado en moldes en forma de barras, lingotes, láminas y tubos. La chimenea, convertida por sus dimensiones en todo un icono de la zona, está elaborada con ladrillos procedentes de la fábrica alemana de Fehrbeck y sus cimientos profundizan a 8 metros por la naturaleza arenosa del suelo. Para su construcción se emplearon 250 toneladas de cemento y 1.400 toneladas de ladrillos. Fue restaurada en el año 2008.
Cuando el complejo fabril quedó terminado se supo que no iba a funcionar como tal, sino como Centro de Fermentación de Tabacos dependiente del Ministerio de Agricultura. Esto ocurrió en 1929 ante las críticas y el descontento de la opinión pública local. Hubo que esperar casi medio siglo para que las magníficas instalaciones de Huelin sirvieran efectivamente para la producción de cigarros a partir de 1977. Pero la trayectoria de esta segunda fábrica de tabaco malagueña fue también breve y se prolongó durante apenas un cuarto de siglo. En 2001 Altadis, heredera de Tabacalera, decidió el cierre de la factoría. Su historia ha sido estudiada por Concepción Campos en su libro 'Las cigarreras malagueñas. Tecnología, producción y trabajo en la Fábrica de Tabacos de Málaga'. El sueño malagueño de tener una industria tabaquera se convirtió en humo.
Cuando se iniciaba la construcción de la Fábrica de Tabacos se acababa de inaugurar otra importante industria: Los Guindos. La conexión ferroviaria permitió que el mineral de la mina de ese nombre en el distrito de La Carolina (Jaén) fuera transportado a la costa, donde era más fácil la importación de carbón extranjero y la exportación del plomo elaborado. La Compañía Minero-Metalúrgica Los Guindos se había constituido en 1920 y su capital social era mayoritariamente de origen alemán.
Al año siguiente adquirió en Málaga los terrenos para el establecimiento de una planta de fundición. También hizo en las proximidades un pequeño barrio de algo más de cuarenta casas. En la memoria de la empresa correspondiente a 1923 se indica que a mediados de dicho año se iniciaron los trabajos de fabricación y por unos plomos de recuerdo sabemos que la inauguración tuvo lugar el 2 de junio. La factoría malagueña siguió activa después de la clausura de las minas en 1963, hasta que cerró definitivamente en noviembre de 1979.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.