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Un guardia civil acudió al Hospital Regional para entrevistarse con Cristina el 12 de enero. Apenas habían transcurrido seis horas desde el ataque con ácido sufrido en Cártama por ella y por su amiga Sandra, que se debatía entre la vida y la muerte en ... el Virgen del Rocío de Sevilla. De ahí la importancia de su testimonio. Era la única de las dos que en ese momento podía contarles lo ocurrido.
La joven no solo explicó lo que pudo ver del ataque, sino que también detalló las amenazas que José Arcadio D. N., alias 'El melillero', expareja de Sandra y presunto instigador de la agresión, habría proferido contra ambas. En concreto, Cristina narró dos episodios que, leídos ahora, con la perspectiva de lo sucedido, resultan muy reveladores de esa «fijación» que tendría con ellas y de sus supuestas intenciones.
El primero tuvo lugar en una gasolinera de Los Álamos, en Torremolinos, donde ambas se pararon a repostar. Allí, tras amenazar de muerte a ambas, José Arcadio D. N. presuntamente le dijo a Sandra que le iba a «hundir la vida» y que le iba a «destrozar la cara tan bonita» que tiene. Tras ello, se marchó.
A los investigadores les llamó poderosamente la atención el segundo episodio relatado por una de las víctimas. Sucedió la noche anterior al ataque, sobre las 22.00 horas. Sandra y Cristina regresaban a casa -tal y como informó SUR, se fue a pasar unos días con su amiga para escapar del acoso de su exnovio- y se toparon con José Arcadio.
Al parecer, dieron varias vueltas para aparcar y se toparon con el Volkswagen Golf de color gris que usaba 'El melillero'. Según relató la joven a la Guardia Civil, José Arcadio D. N. se acercó a la ventanilla del copiloto, asiento que ocupaba Sandra, y comenzó a golpear al cristal pidiéndole que lo bajara.
En lugar de hacerlo, se marcharon de allí asustadas y acabaron aparcando más lejos. Después, pidieron un taxi para que las llevara al domicilio de Cristina porque tenían «mucho miedo». Al día siguiente, la escena volvió a repetirse. Pero en esta ocasión la ventanilla de Sandra estaba bajada unos 20 centímetros. Lo suficiente para introducir el ácido.
Sandra la recogió en su casa a las dos de la tarde del 12 de enero para ir a comprar comida. Cuando circulaban por la calle Francisco Hernández de Cártama, volvieron a ver el Volkswagen Golf aparcado en un lateral. Entonces, el coche se les acercó. Cristina pudo identificar a 'El melillero', según consta en su declaración, pero no le dio tiempo a ver si había un segundo ocupante en el turismo.
Quien sí pudo ver que en el automóvil viajaban dos personas fue un testigo presencial del suceso, que se mostró totalmente convencido de ello en su declaración policial. Este periódico ha preferido omitir por respeto a las víctimas, y también por su dureza, la descripción realizada por Cristina y por los testigos del estado en que quedaron y lo que les ocasionó el ácido.
El testimonio del testigo ha adquirido más valor a medida que ha avanzado la investigación, que se ha orientado hacia una coautoría del ataque. Tal y como ayer adelantó SUR, la Guardia Civil ha detenido a un joven como presunto autor material de la agresión, mientras que 'El melillero' sería el supuesto instigador y autor intelectual. Ambos están ya en prisión provisional por el doble intento de asesinato.
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