«Sentimos una mezcla de alegría y tristeza, es raro»

Vanessa Melgar

Martes, 14 de septiembre 2021, 14:29 | Actualizado 16:32h.

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En Juźcar, uno de los seis pueblos del Valle del Genal que fue desalojado el domingo por el incendio de Sierra Bermeja, dos preguntas se repiten hoy entre sus habitantes: 'Y tú, ¿dónde te quedaste? Y ¿Cuándo has venido?', en alusión al regreso a la localidad, en la noche de este lunes y tras pasar la del domingo fuera de sus casas, la mayoría en Ronda, con familiares y amigos.

Los juzcareños se han encontrado sus casas como las dejaron. La bendita lluvia de esta pasada madrugada casi ha borrado las cenizas de calles, balcones y zoteas. Solo, y no es poco, si se mira al frente, se ve parte de la sierra negra. «Es pronto, creemos que se habrá quemado sobre un 30 por ciento del término, pinos, castaños, chaparros... Monte público y fincas privadas en Loma y Ferreira», explicó el alcalde, Francisco Lozano, y añadió que de Júzcar fueros evacuados sobre 115 vecinos y que el grueso ya ha vuelto.

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El regidor, con derrames en los ojos por la tensión vivida estos días, estimó que el fuego se ha quedado a poco más de un kilómetro en línea recta del pueblo. «La gente está muy desanimada, por los años que tardará (el monte) en recuperarse... Los castaños es quizá la pérdida, ahora se empezaban a coger las primeras castañas», indicó. Y sobre la gestión del incendio consideró que «meter más gente allí era añadir riesgo a la situación, no era cuestión de falta de medios, yo he trabajado en el Infoca y sé lo que es un incendio, aunque este es excepcional, y también conozco el terreno».

Antonio Fernández es bombero del Infoca y dueño de una finca de castaños que se podría haber visto afectada. No quiere ahondar en la situación a Diario Sur. Está de descanso y extenuado por el esfuerzo en la lucha contra el monstruo.

David Fernández, ex alcalde de Júzcar, está al frente de El Casarón, un bar-tienda en la Aldea Azul, antiguo Pueblo Pitufo. «Todavía estamos consternados, no se sabe la magnitud de esto, hay muchas parcelas públicas de fincas de castaños arrendadas y es a ver a quién le ha tocado y a quién no», explicó, mientras señaló su preocupación por la repoblación de la vegetación: «A ver cómo se hace, hay que hacerlo con expertos», expresó, al servir un café a Montse Pacheco. Ésta dejó su casa cerrada y sacó las bombonas de gas y cortó la luz cuando tuvo que abandonarla: «Esto es inolvidable», subrayó.

Manuel Fernández, de 78 años, mostró los restos de ceniza en algunos rincones de los espacios abiertos de su casa, como la piscina y las escaleras de acceso a la misma. «Pasé la noche en casa de mi hijo en Ronda», manifestó.

«Sentimos una mezcla de alegría y de tristeza, es raro. Ha sido muy duro. Lo bueno ha sido la solidaridad, a mí me llamó hasta una amiga que está en Miami, estamos muy agradecidos en este sentido», relató Yolanda Mancilla, otra vecina de Júzcar. Y es que este pueblo y el resto de los afectados han recibido una verdadera ola de solidaridad: «Alimentos, alojamientos, disponibilidad de coches... De todo. Cientos de llamadas de la zona, la provincia y de fuera de Andalucía, solo puedo decir mil gracias», concluyó el regidor de este pueblo.