Sucedió a las nueve y cuarto de la noche, en pleno Centro de Málaga. Un hombre de 32 años terminaba con la vida de un joven de 22, de origen español, tras apuñalarlo con un arma blanca. Todo ocurrió en un edificio de la calle Marín García, en el que hay tanto viviendas particulares como oficinas. Según pudo saber este periódico, el presunto autor del crimen se atrincheró en uno de los pisos del bloque tras ver que los servicios sanitarios se personaban en el lugar. Una dotación de policías UPR, de hecho, tuvo que echar la puerta abajo para poder llevarse al sospechoso.
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El trágico suceso cogió de sorpresa a muchos vecinos, comerciantes y a personas que transitaban por la zona, ya que a esa hora todavía había mucho movimiento en las proximidades de la vía en la que ocurrió todo, localizada entre calle Larios y calle Nueva. Según las fuentes consultadas, fueron unos vecinos quienes dieron la voz de alarma tras cruzarse con el sospechoso, que estaba ensangrentado, en la escalera del bloque. Estos también se pusieron en contacto con los propietarios de la casa en la que se refugió el detenido.
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La primera noticia la tuvieron a media noche, cuando vieron una llamada perdida en el teléfono móvil. Les sorprendió la hora y ya se presagiaban que algo malo habría ocurrido. «Nos comentaron que la Policía habían tirado la puerta abajo porque habían matado a un chico y que había sido el hombre que vivía en nuestra casa; no nos lo podíamos creer», explicaron a Diario SUR desde el anonimato.
Según relataron, esa vivienda la alquilaron el pasado mes de junio a dos hermanos de origen español a través de una inmobiliaria, y nunca llegaron a conocerlos. Supuestamente, estos dijeron a la agencia que uno de ellos trabajaba como policía y otro como camarero, aunque no presentaron sus contratos laborales al demostrar solvencia económica por otra vía. «Ahora mismo no entendemos nada, ni sabemos qué va a pasar... es muy triste lo que ha pasado», indicaban los propietarios.
Nada más asomarse al pasillo vieron la puerta destrozada, con una cinta de la Policía Nacional y, en el interior de la casa, varias gotas de sangre en el suelo y en la pared. «Aquí parece que solo vivía una persona porque uno de los dormitorios está completamente desmontado... no sabemos si era uno de los hermanos o si estos pudieron subarrentarlo a otra gente», comentan.
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Fueron varios los testigos que llegaron a ver al presunto autor del apuñalamiento con arma blanca, quien salió del portal cubierto de sangre bajo custodia policial. Según comentaban algunos de ellos, aunque la calle estaba cortada al paso y no se permitía el acceso al portal, pudieron ver cómo los servicios sanitarios se empleaban a fondo para tratar de reanimar a la víctima, que estaba tendida en el rellano de la entrada del portal y había perdido mucha sangre.
Durante parte de la noche, la calle permaneció cortada mientras efectivos de las unidades del Grupo de Homicidios y la Brigada de Policía Científica recogían pruebas que permitieran esclarecer lo sucedido. Aunque el principal sospechoso está detenido, la Policía Nacional apunta a que los hechos se encuentran todavía en fase de investigación.
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