Sucesos Málaga

«Nos mudamos hace 20 días y nos cae una grúa en la terraza; estamos vivos de milagro»

José Manuel y su pareja tienen 30 años y acaban de instalarse en un bajo en la urbanización Serena II, en la zona alta del Limonar. Es su primera vivienda, con la ilusión que eso supone; «sabemos que comprar en Málaga a nuestra edad es un privilegio», apostilla él. Se mudaron hace apenas 20 días –«fuimos los últimos del complejo»- y el estreno no ha podido ser más feliz. Aunque también un tanto accidentado: la grúa de 40 metros que el temporal tiró sobre su urbanización ha caído literalmente sobre su terraza: «Estamos vivos de milagro».

Un ruido «brutal» los despertó sobre las 3.15 horas. José Manuel y su pareja se levantaron como un resorte y revisaron toda la vivienda en busca de una explicación al estruendo. «Miramos primero por nuestro cuarto y luego por las demás habitaciones creyendo que había sido un rayo».

Cuando levantaron las persianas, descubrieron lo que había ocurrido: «Aquello era un show. Estaba diluviando, hacía viento y había una grúa en nuestra terraza».

La llamada a la policía quedó registrada a las 3.27 horas. «Nos pidieron que no nos acercáramos porque podía estar electrificada. Si algún cable se había roto y estaba tocando metal, podíamos sufrir una descarga».

José Manuel y su pareja permanecieron dentro de la casa hasta que llegaron las patrullas de Policía Local y los bomberos, que descartaron el riesgo eléctrico tras hacer varias comprobaciones.

La pluma que cayó sobre su urbanización, que además de su bajo dañó zonas comunes y terminó sobre la piscina, pertenece a las obras que se están llevando a cabo en un residencial aledaño, llamado Reserva del Limonar, que está situado en la intersección entre la avenida Camarón de la Isla y la calle Arrigo Boito.

Poco después llegaron los primeros obreros y también el encargado de la construcción, que les pidieron disculpas por lo sucedido. «Uno de ellos me dijo que en 25 años de profesión no había visto algo así», cuenta José Manuel. A título de hipótesis, uno de los bomberos le dijo que probablemente había cedido porque las lluvias constantes de las últimas semanas habían horadado los anclajes de la grúa al terreno, y el viento de la pasada madrugada hizo el resto.

Por suerte, todo ha quedado en un susto. «Nos ha destrozado la terraza y ha caído a metro y medio de la fachada, pero estamos bien, que es lo importante», concluye el joven.

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