Tercer detenido por el caso de Paco, el anciano desaparecido en Almogía

La investigación en torno al robo y la desaparición de Francisco Mayorga, conocido en Almogía como Paco 'El del molino', suma ya una tercera detención. Se trataría, según fuentes cercanas al caso, de un amigo de los otros dos detenidos que ya había sido identificado por la Guardia Civil. Era uno de los nombres situados en el foco de la investigación desde el primer momento, aunque no ha sido hasta hora cuando se le han leído los derechos a raíz de las últimas pesquisas.

A última hora de este jueves 14 de marzo, el primero de los arrestados en este caso pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Málaga, que estaba en funciones de guardia. Anoche, el magistrado lo envió a prisión provisional por estos hechos.

La investigación de la Guardia Civil llegó hasta él porque un testigo aseguró haberlo visto saliendo de la casa de Paco en la franja en que se produjo la desaparición, entre las 23 horas del sábado -cuando la víctima se despidió de Juan Manuel, su sobrino-nieto, con el que vio el fútbol- y las 19 horas del domingo, cuando Juan Manuel fue al domicilio de Paco preocupado por su ausencia.

No obstante, ese testigo no manifestó haberlo visto acompañado de la víctima ni tampoco cargando un cuerpo, una maleta o algún bulto que hiciera presumir que estuviese directamente implicado en su desaparición. Por eso la Guardia Civil optó por la prudencia y únicamente le leyó los derechos por robo, ya que el interior de la casa de Paco estaba revuelto y había signos de violencia.

Poco después, los agentes llegaron a un segundo sospechoso, amigo de los dos anteriores -del testigo y del primer detenido-, que es el que fue arrestado este miércoles. La casa donde vive fue sometida a un exhaustivo registro por parte de la Benemérita, al igual que el coche que utiliza, con el fin de descartar que el vehículo hubiese sido utilizado para transportar a Paco.

La primera versión que llegó a los investigadores apuntaba a que uno de los detenidos -en concreto, el último- había trabajado en las tierras de la víctima y creía que guardaba bastante dinero en efectivo en su casa, ya que solía manejar billetes grandes. De ahí presuntamente surgió el plan de darle una paliza para robarle. Pero no es la única que les ha llegado, por lo que no se considera ni mucho menos la definitiva, ya que son conscientes de que los imputados pueden estar mintiendo.

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