El susto de Ana, testigo desde el móvil del violento robo a su hija en Fuengirola: «Solo la oía chillar»

La víctima, de 27 años, fue asaltada por un varón con un cuchillo cuando andaba hablando con su madre por teléfono; el ladrón le propinó patadas y puñetazos hasta que le arrancó el bolso

Domingo, 10 de marzo 2024, 00:22

María había salido de trabajar hacía unos minutos. Cogió su móvil y llamó a Ana, su madre, como acostumbra a hacer para sentirse acompañada en el trayecto de vuelta a casa (los nombres son ficticios, a petición de ellas). Las dos conversaron de cómo les había ido el día y de unas compras que la joven había realizado por Internet. De repente, lo único que oía la progenitora eran los chillidos de su hija.

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Lo que no podía adivinar la mujer es que María, de 27 años, estaba sufriendo un robo con violencia, a pesar de que no era muy tarde -sobre las nueve de la noche- y de que se encontraba en pleno centro de Fuengirola. «De pronto todo fueron gritos, yo lo oía todo pero no sabía lo que estaba pasando; pensé que la habían podido atropellar», explica la madre.

Según se expone en la denuncia, a la que SUR ha tenido acceso, el supuesto ladrón se abalanzó sobre la joven esgrimiendo un cuchillo en un momento en que ella se había detenido a mirar un escaparate este lunes, 4 de marzo, a la altura de la Avenida de la Estación. Fue entonces cuando María empezó a chillar y tiró su móvil a unos metros, sin que tuviera tiempo a colgar la llamada.

A continuación, se inició presuntamente un forcejeo en el que el individuo trataba de quitar el bolso que la víctima llevaba cruzado. Ante la resistencia de ella, la empujó contra el escaparate y la tiró al suelo, donde continuó propinándole patadas y puñetazos en todo el cuerpo. Solo detuvo la agresión cuando consiguió su propósito.

Aunque todo sucedió en apenas unos cinco minutos, la angustia de Ana fue tal que agarró las llaves y salió corriendo a la calle en busca de su hija. «Yo la llamaba y no respondía, solo escuchaba gritos a distancia, pero la reconocía», recuerda la mujer, a la que todavía se le nota la preocupación en la voz.

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Por suerte, el ladrón no se percató de que el móvil de María había caído a unos metros de ellos, tras arrebatarle el bolso, se dio a la fuga dejando el teléfono donde había caído, por lo que la joven pudo llamar a su madre y contarle lo que había pasado. Estaba muy nerviosa y sufrió pequeñas heridas en las manos al intentar alejar el cuchillo, pero no hubo que lamentar ninguna lesión grave.

Ambas acudieron esa noche a un hospital para que asistieran a la hija, que sufrió policontusiones y presentaba dolores en la cabeza y el cuello, así como en buena parte del cuerpo. De ahí fueron a la comisaría de Fuengirola para denunciar el robo con violencia, lo que ha dado lugar a la apertura de una investigación por parte de la Policía Nacional para dar con el autor, según confirmaron las fuentes consultadas.

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Al parecer, los agentes hallaron el arma blanca a apenas unos metros de donde había ocurrido el suceso. Aunque varios testigos intentaron frenar al hombre mientras se daba a la fuga, este logró escapar a la carrera.

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