Antonio Robledo es del Barça y su jugador favorito es Messi. Es muy futbolero de toda la vida. No se le daba mal. Jugaba de lateral derecho en la Peña Olimpiada, un club de amigos que se reúnen para jugar al fútbol en el campo ... del 26 de febrero. Pero también para echar una mano si alguno de ellos lo necesita.
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«Nos enteramos de lo que le pasó -ha quedado parapléjico por una mala caída tras saltar en una cama elástica- y nos dejó a todos un mal cuerpo tremendo. No sabes cómo reaccionar«, explica Juanjo Barbero, compañero del Peña Olimpiada.»Un día lo ves bien -prosigue-, escribiendo en los grupos de WhatsApp ilusionados con la posibilidad de volver a jugar al fútbol en enero, y de pronto pasa esto«.
Lo que no sabían eran las dificultades de la familia para costearse la estancia y estar junto a él en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. «Nos enteramos por la noticia de Diario SUR de que estaban durmiendo en el coche y todos coincidimos en que había que hacer algo. En nuestros 50 años de historia, siempre hemos intentado ayudar al peñista que ha tenido un problema. Teníamos que poner nuestro granito de arena«.
Los compañeros de equipo se pusieron manos a la obra y hablaron con la directiva para hacer un donativo. El granito de arena son 500 euros que han salido de las cuotas que pagan los socios (son alrededor de 40) y que sirven para sufragar un mes del piso que los padres de Antonio han alquilado en Toledo. «Ese dinero es de su club y ahora ya que cada uno aporte lo que pueda; es una época mala para mucha gente«, aclara Juanjo, que es autónomo y se dedica al mantenimiento de comunidades.
El espíritu de equipo con el que se ha gestionado el donativo queda claro en su siguiente frase: «Ojalá que no nos toque el Gordo a ninguno -la entrevista a Juanjo Barbero se hizo a las 11 horas de ayer, durante el sorteo- y que lo podamos ver con nosotros pronto. Cambiaría el premio por volver a jugar con él al fútbol«. Curiosamente, esa fue una de las primeras preguntas que Antonio hizo a su madre nada más despertarse en el hospital: si podría volver a correr detrás de un balón.
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A Federico Beltrán le impresionó el caso de Antonio, que le recordó al de un sobrino que estuvo también en ese mismo hospital por un accidente de moto y al que visitó en varias ocasiones. «Es muy mala suerte. Que el hombre esté tan a gusto, intentando divertirse con el hijo de su pareja, y le pase esto...», expresa el presidente de Famadesa.
A Beltrán no solo le llegó la historia por el periódico. Una amiga le contó que era clienta del puesto de castañas de Antonio en Mangas Verdes. Escuchó a varias personas hablar bien de él como un hombre trabajador y luchador. «Yo también vengo de abajo y sé lo que cuesta. En un año tan malo como éste, tenemos que ser aún más sensibles«.
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El presidente de Famadesa escuchó también que la familia había reunido ya la mitad del alquiler -mínimo, seis meses- gracias a los donativos de la peña de fútbol, de parientes y de vecinos del barrio. «Vimos que podíamos hacer algo. Les vamos a pagar lo que les faltaba: tres meses de alquiler y el mismo valor en otros gastos». En total, 3.000 euros. «Tengo fe en que se va a poner bueno y va a seguir luchando«, concluye.
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El granito de arena de la pena, el de Famadesa, el de los amigos y vecinos del barrio, y el del dueño del Altitude Park, Sergio Tiedeke, que aportó otros 500 euros de su bolsillo para la familia, acabaron convirtiéndose en una montaña. El primer milagro que necesita Antonio, tener a su familia cerca en estos momentos difíciles, llega de la mano de la solidaridad. Y ahí no hay límites.
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En esas, al diputado popular Juande Villena, que andaba enfrascado en la 'operación Juguete' junto a los otros dos organizadores de la misma, Chicho Marín (fundador de Chicho Catering) y la médico Esther Ristori, se le ocurrió otro modo de ayudar.
Juande Villena y sus socios se acordaron del pequeño Álvaro, el crío de 10 años que, roto de dolor, se golpeaba la cabeza delante de los bomberos, no queriéndose creer que Antonio, al que quiere como a un padre -como él mismo dijo a los rescatadores-, había perdido por completo la movilidad tras una mala caída en las camas elásticas. Y decidieron incluirlo en la 'operación Juguete', que llevará a 300 niños de Ciudad Jardín y El Palo al menos un regalo de entre los que ellos mismos han pedido por carta a los Reyes Magos. Álvaro será uno de ellos.
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Si a alguien le hará ilusión, aparte de al crío, es a su madre Eva Ordóñez, que ahora mismo se encuentra en Toledo para estar cerca de su novio, Antonio Robledo, que es su pareja desde hace tres años, aunque se conocían de toda vida. «Madre mía... estoy temblando, y no es de frío, sino de nervios. Es increíble todo esto. Hay gente maravillosa en el mundo que es buena, de corazón, y eso te reconforta en un momento así. Me encantaría conocer a cada una de las personas que nos están ayudando».
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