Los agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local están acostumbrados a identificar falsificaciones de todo tipo. Pero lo que les faltaba por ver se lo encontraron la semana pasada en La Palmilla: un supermercado que fabricaba sirope de distintos sabores al que colocaba etiquetas falsificadas de marcas comerciales muy conocidas.
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El asunto es serio y, además de la denuncia, se ha abierto una investigación desde el punto de vista sanitario y de la falsedad de la marca. Según ha podido saber SUR, el dueño reconoció a los agentes que diluía el producto en aceite de girasol para obtener mayor cantidad de sirope.
Además, etiquetaba los nombres con marcas comerciales auténticas, pero también con otras de imitación, muy similares a las reales, como 'notella', 'milkbva', 'choco bueno' y 'crema rocher'. En total, los agentes intervinieron 313 artículos que estaban a la venta en la tienda, pero también en Facebook, lo que les granjeaba clientes de otras provincias andaluzas.
La intervención surgió, precisamente, a raíz de la visita a La Palmilla de dos mujeres que se desplazaron la semana pasada desde La Línea de la Concepción (Cádiz) para comprar sirope. Los agentes del GIP, que actúan de paisano, las observaron con el maletero abierto y lleno de botes de este producto.
Cuando los policías las identificaron, reconocieron que habían visto el anuncio en Facebook y que «sabían que tenían muy buena venta», por lo que se desplazaron de Cádiz a Málaga para comprarlo en el supermercado que los vendía. Ambas fueron denunciadas por no respetar las restricciones de movilidad entre provincias....
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Entre tanto, los agentes vieron que varios clientes se dirigían hacia una mujer que estaba detrás del mostrador del supermercado y le pedían: «Quiero siropes de Kinder Bueno y de Nutella». Los policías inspeccionaron el establecimiento y vieron que las estanterías estaban llenas de botes con esas y otras marcas muy comerciales, como Oreo o Pantera Rosa.
Los funcionarios observaron que muchos de los botes de sirope tenían las etiquetas mal colocadas, además de que, por su calidad, era obvio que habían sido copiadas y fabricadas de manera manual.
El dueño del supermercado admitió que el contenido de los botes lo fabricaba él. Al parecer, compraba la materia prima para los siropes –de fresa, chocolate...– y los recipientes. Según dijo, alguien le suministraba las etiquetas falsificadas y vendía los botes a un precio de 4,5 euros.
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El hombre contó a los agentes que antes distribuía su producto en ferias, pero que, con motivo de la crisis de la Covid-19 tuvo que optar por venderlos en redes sociales. Los agentes le leyeron los derechos como investigado por un posible delito contra la propiedad industrial.
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