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Hay ocasiones en las que el delito roza lo artístico. Como Arsène Lupin, el ladrón de guante blanco –un personaje literario creado por Maurice Leblanc– que inspira uno de los últimos éxitos de Netflix. O los protagonistas de la saga de Ocean's Eleven (2001), que hacían del descaro y la osadía una virtud. Hay veces en que el método, incluso, trasciende al autor y acaba dando nombre a una nueva fechoría.
Los agentes del Grupo de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga se han encontrado con uno de esos casos. Empezaron a investigar una serie de denuncias por robos en viviendas de la capital y se dieron cuenta de que estaban ante algo distinto. Una banda que se caracterizaba, como los once de Ocean, por no dejar huella. Tanto, que han acabado por bautizar el sistema. Tras el 'bumping' y el 'impresioning', llega el 'ghosting' (el robo fantasma).
El método que utilizaba este grupo, que acaba de ser desmantelado por la Policía Nacional en Málaga, combinaba el robo con el arte del disimulo. Para acceder a las viviendas, los ladrones empleaban una técnica ya conocida que se denomina 'impresioning'.
El sistema consiste en introducir en la cerradura una llave adaptada con unas láminas de aluminio deformables, las cuales, con unos movimientos muy precisos, copiaban las muescas y marcas de la llave original. Con ese método fabricaban la llave maestra que les permitía abrir la puerta sin oposición y sin dejar rastro alguno de que la cerradura había sido forzada. Porque, realmente, no lo había sido.
Pero el verdadero método del 'robo fantasma' comenzaba dentro de la vivienda. Según las fuentes consultadas, los delincuentes no dejaban ni el más mínimo rastro de su paso por el inmueble. Eran tan meticulosos que dejaban el domicilio tal y como estaba cuando se marcharon los moradores, a los que les generaba un enorme desconcierto haber sido víctimas de un robo sin que hubiese nada forzado. Hubo quienes, incluso, llegaron a sospechar de alguien de su entorno ante la limpieza con la que les habían sustraído efectos personales en su casa.
La investigación policial, que se ha extendido a lo largo de varios meses, ha tratado de recopilar todas las denuncias en Málaga y en la provincia que guardan un patrón similar. Con las detenciones realizadas en las últimas semanas, los agentes dan por desarticulada la banda, originaria de Europa del Este.
La semana pasada, en otra operación diferente, la Policía Nacional desmanteló en Málaga otra célula de una organización dedicada a robos en viviendas que está considerada la más activa en todo el continente. En la capital fueron detenidas dos mujeres de origen croata que integraban esta sección local de la banda. Llevaban encima desatornilladores, llaves troqueladas, joyas y dinero en metálico, entre otros efectos.
Las dos mujeres se aseguraban de que no hubiera nadie en las casas antes de entrar a robar en ellas. Lo hacían llamando previamente al portero automático. Estaban especializadas en el método del resbalón, que consiste en forzar el acceso al domicilio haciendo uso de un plástico duro que introducen entre el marco y la puerta de la vivienda, a la altura de la cerradura. Generalmente se ayudan de productos como jabones o aceites, que facilitan la apertura y disminuyen el rozamiento.
En otras ocasiones, cuando no lograban la apertura de las cerraduras mediante el citado método, empleaban herramientas -como los destornilladores intervenidos- o llaves troqueladas para consumar el robo mediante el proceso denominado 'bumping'.
Los agentes creen que no estaban asentadas en Málaga. Según las pesquisas policiales, las sospechosas actuaban de modo itinerante por toda la geografía nacional, operando cuatro o cinco días en una localidad para luego cambiar de zona de actuación.
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