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Una niña de cinco años ha sido rescatada por los bomberos en una piscina comunitaria de Almayate después de que se le quedara atrapado el brazo derecho en uno de los tubos de aspiración. Hubo que romper el hormigón del bordillo para liberarla después de casi dos horas de intervención.
La primera llamada entró en el sistema andaluz de emergencias 112 sobre las 18.10 horas de este miércoles. El aviso indicaba que una menor estaba atrapada en una piscina privada de una vivienda de la zona costera de Almayate.
Efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB) adscritos al parque de Vélez-Málaga se desplazaron al lugar para el rescate. Al llegar, encontraron a la niña llorando, asustada, en compañía de sus padres. Se le había quedado la mano derecha atrapada en el tubo de aspiración.
Afortunadamente, había dos aspectos que ayudaban en el rescate, según explica el director técnico del CPB, Francisco Soriano. El primero era que el conducto estaba situado a ras de la superficie, y no a media agua o en el fondo, lo que habría tenido consecuencias mucho más trágicas. El segundo, que se encontraba junto a las escaleras de acceso, lo que permitía a la niña hacer pie mientras se llevaban a cabo los trabajos.
Los bomberos trataron de rescatarla utilizando jabones y geles para que la mano resbalara y saliera por el lugar por donde había entrado. De hecho, los padres ya lo habían intentado previamente empleando hasta mantequilla. Sin embargo, debido al tiempo que llevaba atrapada, la mano se le había inflamado y no conseguían liberarla del tubo.
El plan B en este tipo de rescates, cuando no se consigue sacar la mano, es romper el hormigón hasta acceder al tubo. Los bomberos se pusieron manos a la obra para romper el cemento hasta lograr extraer el tubo de PVC del conducto de aspiración.
Mientras, dos de los bomberos permanecieron en todo momento al lado de la niña para calmarla y protegerla de la propia obra. Le colocaron unas gafas especiales por si saltaba alguna esquirla y la entretuvieron para que pasara el trance lo mejor posible.
Los bomberos rompieron 40 centímetros de hormigón hasta llegar al tubo y sacaron el tramo del conducto donde se le había quedado la mano atrapada a la menor. Ya fuera del agua, utilizaron unas tijeras para corte de material plástico de extrema dureza con las que lograron liberar a la niña.
La pequeña fue trasladada al Hospital Materno Infantil para una revisión médica, aunque no sufrió lesiones de gravedad, más allá del susto, la situación de estrés y la inflamación de la mano afectada.
El director técnico del consorcio aprovechó para hacer un llamamiento a la prevención ante este tipo de accidentes, que por otra parte son relativamente comunes en verano. «Es clave que estas conducciones estén protegidas y correctamente tapadas para que los niños no puedan meter una mano, y que se ubiquen en zonas seguras de la piscina», dice Soriano.
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