Álvaro Pérez, el bañista que salvó la vida de la pequeña de 6 años en una playa de Marbella. SUR

Salva a una niña de 6 años de morir ahogada en Marbella: «Si tardo dos minutos más, no habría aguantado»

El bañista, Álvaro Pérez, salvó a la pequeña que se encontraba «asustada, exhausta y a 300 metros mar adentro» en la playa de la Bajadilla, en Marbella

Viernes, 3 de junio 2022, 19:21

Este lunes Álvaro había terminado su jornada como técnico de ascensores a las tres de la tarde. A las cinco ya estaba camino de la playa con Carmen, su pareja, y Pablo, el hijo de ella. Aunque viven a apenas cinco minutos del mar era ... el primer día del año que pisaba la arena.

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Normalmente van a una céntrica playa de Marbella, la de Venus. Pero ese lunes cambiaron de plan. «Como había algas decidimos andar un poco más e ir a la de la Bajadilla», explica Álvaro. Él lo tiene claro. «Por algún motivo el destino quiso que estuviera allí y que el primer baño que me diese fuera para rescatarla a ella».

Cuando estaban de camino, por el paseo marítimo, a ella le llamó la atención ver a alguien tan lejos dentro del agua. No podía distinguir si era un niño, un joven o una persona mayor. «Estaba a bastante distancia, había mucho oleaje y casi no había gente bañándose. El mar estaba revuelto, por eso, le llamó tanto la atención», explica el marbellí. Lo que no sabían entonces es que a 300 metros de la arena, cerca de un boya pero sin poder llegar a ella, una niña de seis años estaba luchando por mantenerse con vida.

Pese a las buenas temperaturas, había poca gente tanto en el agua como en la arena. «Es una playa a la que solemos ir los que vivimos en Marbella, pero era lunes, el mar estaba revuelto y seríamos unas 10 personas, no más. Dentro del agua menos aún», recuerda Álvaro. Cuando dejaron las toallas Pablo fue directo al agua. «Ya sabes cómo son los niños, que nunca tienen pereza. Les da igual si el agua está fría o no y gracias a él nos dimos cuenta realmente de lo que estaba pasando».

Desde la arena no se escuchaba más que el sonido de las olas, pero el joven de 14 años, tras un baño fugaz, oyó los gritos desesperados de la persona que habían visto a lo lejos desde el paseo marítimo. «Volvió corriendo y nos dijo que alguien estaba en peligro, que estaba pidiendo ayuda. Algo no iba bien», recuerda Álvaro.

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Según relata, todo pasó muy rápido. «En ese momento mi pareja me dijo 'métete'. Y viendo la situación no me lo pensé dos veces», asegura él. Se tiró al agua rápidamente y nadó lo más rápido que pudo hacia la persona que pedía auxilio. «Cuando llegué me di cuenta que era una niña pequeña, de unos seis años. Llevaba unas gafas de bucear pero no tenía ni manguitos ni nada que le pudiera mantener a flote y la pobre estaba asustada y exhausta», relata Álvaro.

Está convencido, por cómo encontró a la niña, que si llega a tardar un par de minutos más, la niña no hubiera aguantado. «La corriente era muy fuerte, yo soy un tío atlético y nos arrastraba a los dos hacia dentro», señala Ávaro, que se ha convertido en un héroe local.

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El rescate

Cuando iba hacia la niña escuchaba cómo la pequeña gritaba: «¡Ayuda, ayuda que no aguanto más!». Y después de unos tres minutos pudo cogerla. «Pobrecilla, sacó fuerzas de donde pudo, las justas para encaramarse a mi cuello porque la pobre estaba agotada. Se ve que ya no podía más y me decía una y otra vez. 'No me sueltes, por favor'. Eso jamás lo voy a olvidar», asegura el marbellí.

Con dificultad por el intenso oleaje, la fuerte corriente y la carga añadida de tener que llevar a la niña reconoce que la vuelta le costó bastante más. «Y eso que soy una persona atlética pero el mar nos arrastraba hacia dentro». Él solo tenía una cosa en mente, llegar lo antes posible a la arena para ponerla a salvo. «Serían unos 300 metros y en ese momento solo pensaba en llegar. En la arena se empezó a arremolinar la poca gente que había esperando nuestra llegada. Incluida la madre que hasta el momento no se había dado cuenta de la situación de peligro en la que estaba la niña», recuerda él.

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Sacó a la pequeña en brazos y se la entregó a la mujer de unos 50 años. Álvaro no sabe ni su edad, ni su nombre. Tampoco el de la niña. «No sé nada de ellas, la madre no hablaba español, la niña, sí. Era rubia, con los ojos claros y la piel morena pero estaba tan asustada que apenas podía decir otra cosa que no fuera 'gracias'. Lo repetía todo el rato mientras me besaba la mano. La madre hacía lo mismo. Parece que agradecía a Dios que le hubiera devuelto a la niña. Solo sé que lo que hice jamás lo olvidaré y esa niña tampoco».

Álvaro no sabe muy bien cómo explicar la sensación que tiene desde este lunes. «Te deja un buen sabor de boca…es que lo piensas y has salvado la vida a una persona», afirma de forma humilde.

Asegura que lo hizo sin pensar en nada más y que lo volvería hacer «una y mil veces», aunque hace un llamamiento para que el servicio de socorrismo vigile a diario las playas de Marbella y no solo los fines de semana. «No hay que esperar hasta junio para que estén todos los días porque lo importante es evitar que pasen estas cosas», explica Álvaro, que si de algo está convencido es de que ese día le tocaba estar ahí.

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