Parecía muy cansado, «como si alguien lo estuviera persiguiendo». Aprovechó para subirse en la parada que el autobús de la línea 17 de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT) hizo en la calle Cabriel a eso de las 23.40 horas de este sábado 9 de abril. Lo hizo por la puerta del centro, sin pagar el billete. Se quedó apoyado un rato, «recuperando el aliento». Entonces, vieron que llevaba una navaja.
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Los pasajeros, un hombre y una mujer de mediana edad, y 11 menores que volvían de celebrar un cumpleaños en el Centro de Málaga, se arremolinaron en la parte trasera del vehículo, tratando de alejarse del individuo. Entonces, el individuo comenzó a gritar al conductor: «¡Llévame a Sevilla!».
El sospechoso se encaminó al lugar donde se encontraba el conductor y, según las fuentes consultadas, comenzó a clavar la navaja en la mampara. «Pasamos mucho miedo, yo estaba temblando. Amenazaba con matarlo y le decía: 'Por aquí no se va a Sevilla'. El conductor tuvo que saltarse una parada, no sabía qué hacer, e intentaba convencerlo de que esa era la dirección correcta», recuerda una de las rehenes, que prefiere preservar el anonimato.
El chófer de la EMT empezó a circular a poca velocidad para hacer tiempo y que llegara la policía. Cuando vio que tenía detrás una patrulla, abrió las puertas, lo que permitió que los pasajeros abandonaran el autobús y que cinco agentes se subieran al mismo para detener al individuo, como relata la testigo.
El arrestado, un hombre de 49 años y de nacionalidad española, llevaba encima 22.000 euros en efectivo. La Policía Nacional, que investiga el caso, relaciona al sospechoso con una ristra de delitos y llamadas que se habían venido registrando en los servicios de emergencias durante la media hora previa al secuestro del autobús.
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En ese recorrido, supuestamente amenazó a varios viandantes, trató de 'secuestrar' un taxi, robó dos coches, se estrelló con uno de ellos, intentó quitarle la moto a un repartidor de comida y saltó el muro de una casa, según las fuentes consultadas, aunque huyó al encontrarse con la moradora de la vivienda. Después, se subió al autobús.
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