«Mi hijo ha intentado matarme». La alerta era clara y concisa: un joven de 25 años se había atrincherado en el domicilio familiar después de amenazar a su padre con un cuchillo de cocina y un cúter de obra. La víctima había conseguido abandonar la vivienda y pedir ayuda, pero el presunto atacante se había quedado dentro en un alto estado de nerviosismo. A la llegada de la Guardia Civil y la Policía Local comenzó un largo tira y afloja que terminó con el joven detenido y dos agentes de la Guardia Civil heridos.
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Sucedió en Mijas Costa, la pasada semana. El 112 activó, además de a la Benemérita y a la policía municipal, a efectivos sanitarios que posteriormente trataron al atacante –que sufre de un trastorno psiquiátrico según fuentes consultadas–.
Al parecer, cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil, estos intentaron hablar con el joven, pero como respuesta únicamente recibieron insultos y amenazas. Según testigos, el propio padre dio las llaves del domicilio a los efectivos para que accediesen y lo pusieran a salvo, ante la posibilidad de que se autolesionase, pero el posteriormente detenido había bloqueado la cerradura.
En ese momento se sumó al operativo la Policía Local, y entre todos los agentes presentes rodearon la vivienda ante la existencia de un balcón por el que el atacante podía tratar de escapar.
Finalmente los agentes se vieron obligados a forzar la puerta para reducir al joven y ponerlo en manos de los médicos. En ese momento prosiguió con sus amenazas, mostrando a los efectivos el cúter de obra que había sido descrito por el alertante. Sin embargo, la actuación policial les permitió acceder a la vivienda, donde se produjo un forcejeo que finalizó con la detención del chico. Dos guardias civiles sufrieron lesiones menores ya que, al parecer, el arrestado era corpulento y presentó resistencia a la detención. Una vez reducido, encontraron el cuchillo de cocina, que estaba oculto en la ropa del atacante.
El 112 había movilizado a un equipo sanitario hasta la zona, que se encargaron de atender al chico tras su detención. Según ha podido saber SUR, los agentes le leyeron los derechos por un delito de malos tratos en el ámbito familiar, atentado contra la autoridad y amenazas, motivos por los que fue puesto a disposición judicial. Al parecer, según las mismas fuentes, no era la primera vez que el joven protagonizaba un episodio similar en su domicilio.
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