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Acogió a un amigo en su casa porque no tenía dónde dormir. Abandonaron la terraza del Centro de Málaga en la que habían coincidido y, al llegar al domicilio, ella le preparó una habitación, le dio una toalla para que se duchara al día siguiente ... y se fue a su dormitorio. Sus señales fueron muy claras, pero él no dejó de atosigarla para pasar la noche con ella, a pesar de las reiteradas negativas de la joven.
La insistencia fue tal que, muy agobiada, envió un mensaje a una amiga en medio de la madrugada para pedirle que mantuviera su móvil encendido. Por lo que pudiera pasar. Su mal presentimiento, al final, se hizo realidad, como se expone en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ratifica la condena de seis años de cárcel para el hombre como autor de un delito de agresión sexual.
Sucedió una madrugada de agosto de 2021. El individuo, de acuerdo con la resolución, se había peleado con sus amigos y la víctima le permitió que se quedase en su casa porque no tenía a dónde ir. En todo momento le dejó claro que ambos iban a dormir en cuartos diferentes. Ella lo dejó en una habitación y fue a su dormitorio, pero el procesado continuó en actitud de acoso y derribo.
La víctima envió un mensaje a una amiga para que no desconectara el teléfono por si algo sucedía. Él no atendía a sus muestras de agobio y de preocupación y siguió insistiendo en que quería dormir con ella. La negativa de la mujer era «reiterada y rotunda», pero a él le dio igual y se tumbó en su cama. Ella se levantó y se fue a otro cuarto, pero el acusado fue tras ella y la escena volvió a repetirse.
En un momento de la madrugada, el encausado entró de nuevo en el dormitorio de su amiga y se tendió junto a ella. Ahí se desató el pánico para la víctima. Pese a ello, comenzó a acariciarla mientras ella le insistía en que no quería que la tocase y en que iba a marcharse a otra habitación.
Él no se lo permitió. La inmovilizó aprovechando su corpulencia y la agredió sexualmente. Ella no dejó de pedirle que parara. Una vez que terminó, la víctima consiguió salir a otro cuarto. Estaba paralizada por lo sucedido, de acuerdo con los hechos probados. Él apareció de nuevo, se abalanzó sobre ella y volvió a violarla.
Esa noche, que fue una auténtica pesadilla para la mujer, le ha dejado como secuelas un trastorno de estrés postraumático agudo por el que ha precisado seguimiento por una unidad de salud mental, así como un tratamiento con ansiolíticos y antidepresivos. Necesitó un periodo de estabilización de 60 días. De ellos, 40 fueron impeditivos.
La defensa del hombre presentó un recurso de apelación contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga en abril de 2023. Entre otros motivos, alegó que la perjudicada no dio muestras de rechazo a mantener relaciones sexuales o que se había vulnerado el derecho a la presunción de inocencia de su patrocinado al dar total credibilidad a la versión de la denunciante. Todos los motivos han sido desestimados por el Alto Tribunal de Andalucía.
Así, el TSJA ha confirmado la pena de seis años de cárcel para el encausado, que no podrá acercarse a la mujer a menos de 500 metros ni comunicarse con ella durante otros seis años. Asimismo, tendrá que indemnizarla en la cantidad de 15.000 euros.
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