La Policía Nacional, en el marco de la operación Verdoso, ha detenido en Vélez-Málaga a cuatro individuos de entre 26 y 49 años como supuestos autores de un secuestro con torturas. Al parecer, decidieron raptar a dos jóvenes a los que habían contratado para ... trabajar en su plantación de marihuana tras creer que estos habían robado su mercancía. Dos de los arrestados han ingresado en prisión de forma provisional por orden del Juzgado de Instrucción Número Tres de Vélez-Málaga.
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Los perjudicados, según informó la Comisaría Provincial de Málaga en un comunicado, se dedicaban a realizar las labores de despalillado de marihuana en una finca de Sayalonga. De madrugada, mientras se encontraban en la villa, sufrieron un asalto con armas de fuego y machete por parte de otros tres individuos, quienes se llevaron la droga de la plantación. Pero esta versión de los hechos no convenció del todo a los propietarios. De ahí que, presuntamente, reaccionasen reteniendo y maniatando a los trabajadores.
Ahí comenzó la pesadilla de las víctimas, quienes se vieron sometidas a interrogatorios en los que no cesaron las agresiones durante tres días. De acuerdo con la policía, los perjudicados fueron torturados durante tres días, llegando a ser forzados a comer estiércol o cocaína, y padeciendo otras técnicas más duras como el marcado de la piel con un hierro incandescente o sufrir arranques de mechones de pelo.
La investigación tuvo su origen en diciembre del pasado año, cuando agentes de la Comisaría recibieron la denuncia de un ciudadano que manifestaba haber estado secuestrado durante tres días en una finca situada en Sayalonga.
Inmediatamente, comenzaron con las averiguaciones, que apuntaban a que el denunciante habría sido contratado, junto a dos personas más, para trabajar en una plantación de marihuana en una finca rústica. La tarea consistía en el despalillado y secado de las plantas, las cuales, posteriormente, serían preparadas para su envasado y distribución.
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Las gestiones practicadas por los investigadores permitieron identificar a una segunda víctima, quien no habría denunciado lo ocurrido por temor. Esta fue liberada antes que el denunciante, ya que su familia realizó un pago parcial del rescate solicitado, que ascendía a 15.000 euros. El otro joven, el que comunicó lo sucedido a la policía, habría sido también liberado posteriormente, después de que su pareja acordase con los secuestradores el pago de 30.000 euros y la transferencia de un vehículo propiedad del perjudicado.
Una vez liberados, los captores supuestamente continuaron amenazando y extorsionando a los familiares para que liquidasen las cantidades requeridas. Ante la gravedad de los hechos, la policía llevó a cabo un dispositivo de urgencia para arrestar al principal sospechoso como autor de la mayoría de las agresiones, así como al resto de implicados. En el registro de la finca en la que supuestamente permanecieron recluidas las víctimas fueron intervenidas 331 plantas de marihuana, una espada –con la que presuntamente provocaban quemaduras a los secuestrados– y una hamaca con restos biológicos compatible con la sangre de las víctimas.
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