Tres incendios de vehículos en apenas un par de semanas. Los vecinos de Conde Ureña aseguran estar muy preocupados por estos fuegos que, según las pesquisas policiales, tendrían un origen intencionado. En la noche del pasado 31 de julio ardieron dos turismos localizados por la calle Ulises y el Camino del Seminario. «Hay un pirómano o algún gracioso suelto», lamentaban algunos de los afectados a este periódico.
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Apenas unos diez días antes, en torno a las 4.20 horas de la madrugada de 22 de julio, también incendiaron un automóvil en la calle Decano Oliver y García, localizada a apenas unos veinte minutos andando de donde se registraron los otros dos fuegos.
La Policía Nacional mantiene una investigación abierta para tratar de esclarecer e identificar al autor o a los supuestos autores de las quemas de turismos que duermen en la calle. Sin embargo, la preocupación ya se ha extendido entre los vecinos.
Según pudo saber Diario SUR en relación a los hechos ocurridos en la madrugada del pasado día 31, todo sucedió sobre las 2.00 horas, siendo un residente de la zona quien se encontró con los vehículos en llamas cuando se dirigía a su casa.
El fuego afectó completamente al turismo que estaba estacionado en la calle Ulises, el cual quedó calcinado a causa de las llamas. Al parecer, el supuesto o los supuestos autores emplearon algún acelerador desde las ruedas para procurar su rápida combustión.
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A escasos minutos, simultáneamente, los vecinos localizaron otro coche ardiendo en el Camino del Seminario, localizado además muy próximo a una zona de vegetación frondosa, por lo que los bomberos intervinieron en primer lugar en este ante el riesgo de que las llamas se extendiesen.
En este caso, el automóvil quedó dañado parcialmente por la zona de las ruedas. Los incendios registrados aquella noche también afectaron a dos fachadas de bloques de viviendas debido a la proximidad del fuego a las mismas.
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Antecedentes en Conde Ureña
Esta no es la primera vez que los vecinos de la zona de Conde Ureña se llevan un sobresalto a causa de fuegos cuyo origen parece ser intencionado. Recuerdan que uno de los sustos fue provocado por el incendio de una sábana con un mensaje a favor de la sanidad pública que uno de los inquilinos dejó a modo de pancarta en el exterior de la fachada.
Ocurrió en 2020 y, en aquella ocasión, un residente del mismo bloque se encontró con la sábana ardiendo e intervino rápidamente para sofocar las llamas y evitar que estas se extendieran al interior del edificio. Meses después, los vecinos se veían sorprendidos por el fuego en un coche que permanecía estacionado en la calle Amargura.
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El temor ante los últimos sucesos es que haya «un pirómano» o «algún gracioso» que no mide las consecuencias de sus actos. En cualquier caso, como inciden los vecinos, creen necesario que haya más presencia policial por la zona para evitar este tipo de incidentes.
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