Un policía de Marbella salva a un hombre tras un paro cardíaco que lo dejó 14 días en coma: «Si no es por él, no lo cuento»

Irene Quirante

Jueves, 15 de febrero 2024, 18:29

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Juan Ignacio Arbulo cumplió los 68 años en coma, en el Hospital Costa del Sol de Marbella. El hombre, que reside en Madrid, de donde es natural, pasó 14 días en ese estado tras sufrir una parada cardiorrespiratoria en un establecimiento del Centro Comercial La Cañada. Como cuenta, tuvo la inmensa suerte de que muy cerca de él estuviera José Manuel Lora, un agente de la Policía Nacional que, pese a que se encontraba fuera de servicio, no dudó ni un instante en reaccionar e intentar salvarle la vida: «Si no es por él, no lo cuento».

Aunque el paciente no guarda recuerdos de lo sucedido aquella mañana, la del 29 de septiembre, el agente se acuerda como si la acabara de vivir. «Yo estaba a punto de pagar mi compra cuando escuché revuelo de fondo, me acerqué y oí que pedían ayuda... así empezó todo», rememora. Al ver al hombre en el suelo, inmediatamente se identificó como efectivo y, tras desabotonar la camisa de Arbulo, le tomó las constantes vitales.

Con el corazón en un puño, se dio cuenta de que «no tenía pulso ni respiración» y, sin perder tiempo, inició las maniobras de reanimación. En esa situación de tensión, los segundos parecían horas para el policía, que veía que el hombre no se recuperaba. Al cabo de un rato, una mujer que se identificó como enfermera se acercó con un desfibrilador y Lora practicó dos descargas a la víctima, cuya piel ya se estaba tornando de un color azulado.

«Fueron momentos muy complicados en los que, a pesar de que estaba exhausto, solo pensaba en hacer lo posible para que se recuperase», explica Lora. Como apunta el agente, al cabo de unos minutos contó con la colaboración de tres guardias de seguridad, con quienes se turnó para continuar con las maniobras de reanimación a Arbulo hasta la llegada de los sanitarios, mientras los operarios del 112 les daban indicaciones para salvar la vida del paciente, que pendía de un hilo.

Así se lo comunicaron los propios facultativos al madrileño cuando salió del coma, 14 días después. «Los médicos me dijeron que estuve 13 minutos en parada cardiorrespiratoria», asegura. Las palabras de agradecimiento se quedan cortas para Arbulo cuando piensa en lo que hizo Lora por él, sobre todo porque fue su rápida reacción lo que ha permitido que a día de hoy pueda hacer vida normal y sin secuelas: «Se dio la gran paliza para salvar a un perfecto desconocido».

Para el policía, que lleva diez años destinado en la Comisaría de Marbella, era impensable no reaccionar al ver a una persona en apuros. La vocación de servicio público va en su ADN, aunque no vistiera en aquel instante el uniforme azul. «Cuando ves a alguien en esa situación, más que incluso la preparación, lo que te mueve es tu instinto y tu sentido común para tratar de salvarla», reconoce.

Una vez que Arbulo salió del coma y supo lo que había pasado, pidió a su hermano que fuese a jefatura para agradecer la intervención de su ángel particular y Lora, en cuanto supo que había salido de peligro, acudió al hospital para visitarlo y celebrar así la noticia. «Vino a verme con un compañero y fue maravilloso, no podía levantarme de la cama pero me incorporé para darle un beso y un abrazo por lo que había hecho por mí», relata el paciente.

Afortunadamente, todo ha quedado en un susto que ha unido de por vida a Lora y a Arbulo, que continúan en contacto a día de hoy. De hecho, el segundo asegura que en mayo volverá a viajar a Marbella y que su primera parada será en comisaría, donde dejará constancia con una carta escrita de su puño y letra de lo enormemente agradecido que estará «de por vida» con el agente.