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El agente Lucas Fernández, con su medalla de oro en las inmediaciones de la Comisaría Provincial de Málaga. Migue Fernández

Un policía malagueño con puños de acero y una historia de cine

El agente Lucas Fernández consigue la medalla de oro de boxeo tras participar en los 'IX European Police & Fire Games', celebrados en Alicante

Sábado, 14 de octubre 2023, 00:14

Cuando era niño, Lucas Fernández alucinaba con las películas en las que Sylvester Stallone daba vida a Rocky. «Era mi ídolo», comenta ahora, sin poder contener la risa. Para este agente malagueño, el cine y la lectura siempre fueron mucho más que un simple entretenimiento. «Las producciones de acción de Hollywood o las novelas de Sherlock Holmes y Agatha Christie son las que me llevaron a querer ser policía y a aprender artes marciales», explica.

Poco imaginaba aquel crío de Churriana que, en un futuro, acabaría cumpliendo esos sueños inspirados en la gran pantalla. Y, menos todavía, que alcanzaría su último logro: subir a lo más alto del pódium y hacerse con el oro en los 'IX European Police & Fire Games', en la categoría de boxeo de menos de 67 kilos, que se disputó entre los pasados días 5 y 7 de octubre en Torrevieja (Alicante).

«Lo mejor fue volver a casa y enseñarle la medalla a mi hija, que tiene cinco años; le había prometido que la ganaría y cuando la vio se puso como loca, a dar botes y a gritar que su papi era un campeón, que era su héroe», cuenta el policía, quien, tras doce años de destino en Madrid, pudo regresar a su Málaga natal hace un año y medio para formar parte de la Unidad de Seguridad de la Comisaría Provincial.

Los primeros pasos de Fernández en el mundo de las artes marciales se remontan a su adolescencia, cuando decidió abandonar las partituras de los clásicos de la música y cambiarlas por los guantes y el ring. «Mi familia quería que estudiara piano y pasé años formándome, pero cuando tenía 14 o 15 años ya me aburría; yo no quería aprender a tocar Mozart o Beethoven, lo que quería era ser como otros chicos en los que me fijaba porque eran los 'guays' y practicaban este tipo de deportes; eso y, por supuesto, ser como mis ídolos del cine», comparte el agente.

Al funcionario se le escapa una carcajada cuando recuerda la reacción inicial de sus padres al contarles que iba a dejar el instrumento para aprender boxeo. «Mi padre, que era catedrático, siempre respondía que no, que no y que no», dice. Él no obedeció y decidió seguir su instinto. Al cabo de poco tiempo, sus progenitores comprobaron lo mucho que le apasionaban las artes marciales y, como sucede en las buenas películas, le brindaron todo su apoyo. «Cuando les dije que había ganado la medalla de oro en la competición se pusieron contentísimos, los más orgullosos», añade.

El agente malagueño, en el pódium tras coronarse como vencedor. En la imagen de la derecha, el policía durante uno de los combates y, a la derecha, en el photocall del evento europeo. SUR
Imagen principal - El agente malagueño, en el pódium tras coronarse como vencedor. En la imagen de la derecha, el policía durante uno de los combates y, a la derecha, en el photocall del evento europeo.
Imagen secundaria 1 - El agente malagueño, en el pódium tras coronarse como vencedor. En la imagen de la derecha, el policía durante uno de los combates y, a la derecha, en el photocall del evento europeo.
Imagen secundaria 2 - El agente malagueño, en el pódium tras coronarse como vencedor. En la imagen de la derecha, el policía durante uno de los combates y, a la derecha, en el photocall del evento europeo.

Igual que en su día Fernández se apuntó solo al gimnasio para dar rienda a su afición, también acudió en solitario a la competición celebrada en Alicante, en la que participaron más de 3.000 policías y bomberos procedentes de 40 países europeos. «Fue toda una experiencia, no solo por la alegría y la satisfacción del buen resultado, también porque conocí a gente de todos lados; en cuanto me vio un grupo de la Ertzaintza me acogió y me hizo sentir como uno más», expone.

Según relata, difícilmente habría conseguido hacerse con la medalla de oro si no hubiera sido por los preparadores de la escuela malagueña de boxeo Saga Heredia. «Llevo un año con ellos y son los mejores entrenadores que he tenido, y eso que llevo desde que era un chaval practicando todo tipo de artes marciales, tanto en Málaga como en Granada y Madrid», indica.

En este sentido, Fernández incide en que los profesionales del gimnasio supieron dar con las teclas claves para motivar al policía y que diera todo de sí para cuando llegase la competición europea. «Tienen una experiencia y una calidad humana increíble y, al final, eso hace mucho para que estés entusiasmado durante el proceso; te exprimen al máximo para sacar tu mejor versión», señala.

Las novelas, series y filmes policíacos también surtieron efecto en Fernández, quien hoy viste el uniforme azul con el que tantas veces se imaginó siendo un crío. «Siempre tuve clarísimo que quería ser policía, desde muy chico», sostiene. Como confiesa, cada vez que veía una película de acción en la que intervenían agentes, se visualizaba a sí mismo resolviendo crímenes, desactivando bombas o atrapando a peligrosos delincuentes.

Al respecto, Fernández puntualiza que a las historias de ficción que tanto le inspiraron para su futuro también se sumaron los referentes que ya tenía dentro de su familia: su bisabuelo, José González González, fue comisario principal de Málaga; y su tío abuelo, Manuel González Ramos, fue comisario de la Policía Nacional. «Tan alto como ellos no creo que llegue, pero es un orgullo formar parte del mismo Cuerpo», afirma.

El agente ya tiene en mente el que puede ser su próximo reto: participar en el mundial 'The games of heroes' que se celebrará en 2025 en Alabama (EE.UU). «Me queda saber si podré por la edad, pero si así fuera, iría a por todas otra vez», sostiene. Aunque para él, ningún premio puede compararse con su hija cada vez que le recibe como a un auténtico héroe al llegar a casa.

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