La Policía Local lanza una campaña para controlar el uso de la mascarilla en gimnasios y centros deportivos

Eran 10 mujeres en una sesión de zumba, una disciplina deportiva en la que se realizan ejercicios al ritmo de música latina. Respetaban la distancia de seguridad entre ellas, pero ninguna llevaba puesta la mascarilla. Los policías locales lo vieron desde la cristalera del local, pero cuando entraron la clase ya había terminado y el grupo se había disuelto. No pudieron identificarlas. Pero el gimnasio sí que fue denunciado.

Esta es una de las escenas con las que se han encontrado los agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) en la campaña de control iniciada esta semana por la Policía Local de Málaga para controlar las medidas de prevención frente a la pandemia de la Covid-19 en centros deportivos. Hasta el momento, todos los gimnasios inspeccionados -seis- han sido denunciados y se ha propuesto para sanción a una treintena de clientes.

La campaña nació de las propias quejas de algunos usuarios de estas instalaciones, que trasladaron a la Policía Local su malestar ante los reiterados incumplimientos que se producían en algunos centros deportivos. Algunos agentes también habían sido testigos, como clientes, de estos incumplimientos, que están relacionados principalmente con el uso de la mascarilla.

Según los informantes, estas situaciones se daban más en gimnasios pequeños donde existe una mayor relación de confianza entre los usuarios (lo que puede contribuir a relajar hábitos de seguridad), más que en establecimientos grandes, donde el control, por el volumen de clientela, suele ser mayor. En unos casos, los infractores eran los usuarios y en otros, incluso, monitores y encargados de los mismos.

El BOJA del 8 de noviembre, que desarrolla las restricciones derivadas del real decreto del segundo estado de alarma, establece que la práctica deportiva de ocio y las clases de baile deben desarrollarse en grupos de 15 personas, con distancia de dos metros entre individuos y de tres metros entre grupos, además de imponer el uso obligatorio de mascarillas durante las sesiones, sin contacto físico y sin compartir material.

Así, este lunes se puso en marcha una campaña de control en la que se está visitando de forma aleatoria y por sorpresa diferentes gimnasios de la capital, tanto pequeños, de barrio, como establecimientos más grandes o franquicias de cadenas. Los agentes del GIP realizaron la vigilancia de paisano, aunque para la inspección se colocaron sus chalecos identificativos. El resultado, por el momento, es bastante llamativo: de seis negocios visitados, seis negocios denunciados.

La primera se realizó ese mismo lunes por la tarde en un establecimiento de Ciudad Jardín. Ni el encargado ni tres clientes llevaban puesta la mascarilla, por lo que fueron denunciados.

El martes, sobre las 12 del mediodía, visitaron un gimnasio de la barriada de Churriana. El resultado fue muy similar: otros tres usuarios de la sala de musculación denunciados por no llevar mascarilla, aunque en este caso la encargada sí la tenía puesta. Esa tarde, la Policía Local inspeccionó otro centro deportivo situado en el entorno del Camino de San Rafael. Propusieron para sanción a dos clientes que estaban haciendo pesas también sin mascarilla. Ayer se revisaron otros tres gimnasios, dos por la mañana y uno por la tarde. En la zona de Las Chapas se supervisó un centro deportivo donde se denunció a cinco usuarios por el mismo concepto y se propuso para sanción al dueño del negocio. El segundo establecimiento está en Gamarra y en él se localizó a otros 10 clientes sin mascarilla. Por último, ayer tarde se inspeccionó un local de Carretera de Cádiz con siete actas más a deportistas.

Además de proponer para sanción a los usuarios, la Policía Local está denunciando a los titulares de los negocios por incumplimiento de medidas de higiene y prevención en la prestación de servicios en establecimientos públicos, infracción que sería de carácter leve, ya que en todos los casos se habría puesto en riesgo a menos de 15 personas. Al parecer, en algunas de estas visitas, varios clientes -e incluso algún monitor- llegaron agradecer a los agentes que trataran de poner control ante la actitud de algunos usuarios, que se quitan la mascarilla al hacer deporte y hacen caso omiso a los requerimientos del resto.