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Un puñado de frases sueltas. Una serie manifestaciones espontáneas sin confirmar. Ese es el único hilo conductor que tiene ahora mismo la Policía Nacional para esclarecer la desaparición de Sibora Gagani, la joven ítalo-albanesa de 22 años desaparecida en julio 2014 en Torremolinos, adonde se había mudado con su novio tres años antes.
El valor de esas palabras reside en que salen de boca de quien fue su último compañero sentimental, Marco G. R., con el que rompió pocos días antes de su desaparición. Él fue, además, la última persona que mantuvo en contacto con Sibora a través de WhatsApp antes de que se le perdiera la pista. Y él es, también, el presunto asesino de Paula, otra joven de 28 años a la que supuestamente mató a puñaladas la semana pasada en la Carihuela.
En esas manifestaciones espontáneas, el propio Marco G. R. habría reconocido estar detrás de la muerte de Sibora, a la que habría emparedado en el piso que ambos compartían. Los agentes han inspeccionado esa vivienda sin hallar, por el momento, ni rastro de la joven. Ahora, los investigadores tratan de comprobar si Marco, como al parecer habría dicho en algún momento, utilizó ácido para hacer desaparecer el cuerpo de la víctima.
En una comparecencia ante los medios, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha informado de este extremo y ha confirmado la información publicada por SUR sobre la confesión espontánea de Marco en comisaría. «La policía ha hecho la entrada en la vivienda y el registro ha sido fallido», aseguró el representante del Ejecutivo en la región.
«Ocurre que, lamentablemente, las personas en prisión preventiva, como en este caso, vienen diciendo cosas al margen de la presencia de abogado o de la autoridad judicial», añadió Fernández, en alusión a las manifestaciones realizadas por Marco a la policía en los pasillos de comisaría, «o bien a terceras personas en la propia prisión».
El delegado del Gobierno matizó: «Él mismo ha manifestado la posibilidad de que hubiera utilizado ácido para hacer desaparecer el cadáver, lo que ha llevado a la policía a un nuevo registro para comprobar si hay algún producto químico que indicara lo que pudiera ser un indicio real que llevara a la averiguación de los hechos y a la localización del cadáver o los restos de la víctima»
Fernández insistió en que la investigación está «totalmente abierta», puesto que en declaraciones oficiales «se ha retractado incluso» de lo que había dicho en primer término. «Andamos en esas situaciones que son absolutamente reprochable por el daño intenso que producen», agregó.
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