Secciones
Servicios
Destacamos
Circularon por el casco urbano de Marbella, luego por la autovía y otra vez por la ciudad. Una persecución a gran velocidad que estuvo a punto de terminar en algo mucho peor en varios momentos: el coche a la fuga golpeó un turismo, estuvo a punto de arrollar a un padre que caminaba con su hijo y obligó a apartarse a ocho ciclistas para evitar ser atropellados.
El conductor acabó detenido tras embestir una furgoneta de la Policía Nacional y chocar contra un patrulla de la Local. Tras ser reducido, manifestó de forma espontánea [mientras se golpeaba la cabeza contra el vehículo policial]: «La que he liado, soy tonto».
Todo comenzó sobre las once y media de la mañana del domingo en la glorieta de Pedro Gil, situada junto a la A-7 a su paso por el núcleo poblacional de San Pedro Alcántara. Allí se encontraba parada una furgoneta de la Policía Nacional. Los cuatro agentes a bordo observaron cómo se aproximaba a ellos un BMW a gran velocidad.
Al tomar la rotonda, el conductor estuvo a punto de perder el control del turismo y casi se estrella contra el vehículo policial. El joven -unos 30 años- logró parar el coche a escasos metros haciendo chirriar las ruedas del frenazo. En ese momento, los policías activaron los dispositivos acústicos y luminosos para detenerlo, pero el individuo supuestamente hizo caso omiso y pisó a fondo.
Los agentes comprobaron que el coche estaba ocupado por tres jóvenes y que figuraba a nombre de una persona residente en La Línea de la Concepción (Cádiz). Ante la reacción del conductor, comenzaron a perseguirlo al tiempo que avisaban por radio al resto de unidades.
El BMW presuntamente circuló de forma temeraria, despreciando por completo la seguridad del resto de usuarios de la vía, según las fuentes consultadas, quienes precisaron que no sólo no respetó los límites de velocidad en cada tramo, sino que, al parecer, llegó a circular en algunos puntos en sentido contrario.
La persecución desembocó en la autovía a su paso por Marbella, donde se sumó a la misma una unidad de la Guarda Civil de Tráfico, aunque el conductor volvió al casco urbano tomando la salida de Guadalmina. Ahí se incorporó otra patrulla, en este caso de la Policía Local de Marbella.
En esta nueva incursión por la ciudad, los agentes municipales pudieron observar que esquivó "de forma temeraria" varios coches y llegó a subirse en la acera para huir, momento en que reventó la rueda trasera derecha del turismo. Al bajarse de la acera, supuestamente estuvo a punto de arrollar a un padre que caminaba junto a su hijo de corta edad.
Después, efectuó un giro brusco para intentar dar esquinazo a las patrullas y se metió en la avenida Manuel González Portilla, que tomó en sentido contrario, lo que obligó a apartarse a varios vehículos y a un grupo de ocho ciclistas, indicaron las fuentes.
A la vista del cariz que empezaba a tomar el asunto, los distintos cuerpos policiales organizaron un cierre perimetral para cortarle el paso en varios puntos estratégicos en la dirección en la que huía. El conductor volvió a la rotonda de Pedro Gil donde, casualmente, estaba apostada la misma furgoneta policial que inició la persecución.
Los agentes le cortaron el paso, aunque dejaron un carril para que pudieran pasar el resto de usuarios. En ese momento vieron cómo se aproximaba el BMW perseguido a corta distancia por el coche patrulla de la Policía Local. Según las mismas fuentes, el conductor no hizo ademán de esquivar la furgoneta ni utilizar el carril abierto al tráfico. Al parecer, se empotró directamente contra ella.
Tras pararse momentáneamente, intentó continuar la huida dando marcha atrás, pero a esas alturas ya le cortaba el paso el patrulla de la Policía Local, que se colocó detrás. Y aun así, lejos de detenerse, supuestamente siguió embistiendo los dos vehículos policiales para tratar de abrirse camino. No lo consiguió.
Entre los seis agentes -dos de la Local y cuatro de la Nacional- redujeron al conductor y al copiloto, que continuaron resistiéndose a su detención, añadieron las fuentes. Al tercer ocupante del vehículo se le dejó marchar, ya que obedeció en todo momento las indicaciones de los funcionarios.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.