El parricida de Campanillas declara que no recuerda haber apuñalado a su padre

El hombre, que ha ingresado en prisión por el crimen, sufre un trastorno mental, por lo que ahora tendrá que ser evaluado por médicos forenses

Juan Cano

Málaga

Domingo, 15 de septiembre 2024, 01:05

El parricida de Campanillas, en prisión por apuñalar hasta la muerte a su padre, accedió a dar su versión del crimen a la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, que este viernes 13 de septiembre se encontraba en funciones de guardia en la capital. Pero su declaración no aclaró el móvil del asesinato ni las circunstancias en las que se produjo.

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El detenido, que se mostró desorientado por los días que había pasado en el calabozo, manifestó que no recordaba nada de lo sucedido y que no era consciente de la agresión a su padre, al que presuntamente asestó media docena de puñaladas que acabaron costándole la vida.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que ha llevado la investigación, ha tratado de reconstruir las horas previas al crimen. La mañana del 11 de septiembre, día de autos, el investigado acudió acompañado de su padre a la Comisaría Provincial para renovar su DNI.

Al chequear su documentación, los agentes descubrieron que el hombre, de 41 años, tenía una orden de alejamiento hacia Paco, su progenitor, un anciano octogenario jubilado de la construcción que disfrutaba del tiempo libre cultivando un huerto en los alrededores de Campanillas.

Ante esta circunstancia, los policías nacionales le leyeron los derechos al hijo por quebrantamiento de la medida cautelar, dictada en 2022 precisamente por el mismo juzgado que el viernes lo envió a prisión provisional. Tras un breve paso por los calabozos, lo dejaron en libertad.

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Nada más salir de la comisaría, el hombre volvió a la casa de su progenitor, en la urbanización El Brillante de Campanillas. Al parecer, llamó a la puerta y le pidió, por favor, que lo dejara entrar para darse una ducha. Según las fuentes consultadas, era algo que acostumbraba a hacer cuando necesitaba asearse.

Paco le permitió pasar, pese a la prohibición judicial. Al fin y al cabo, no estaba solo. En una habitación de la vivienda se encontraba otro de sus hijos, que no salió del cuarto salvo cuando escuchó los gritos de auxilio de su padre, al que encontró malherido en el suelo sobre un charco de sangre. También vio irse a su hermano armado con un cuchillo.

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Un vecino que caminaba hacia su domicilio oyó el alboroto y se acercó a ver qué sucedía en la casa de Paco. «Por favor, ayúdeme, mi hermano ha apuñalado a mi padre», le dijo uno de los hijos del finado. Juntos trataron de detener la hemorragia y avisaron a los servicios de emergencias.

El investigado, que ya duerme en prisión, no aclaró por qué apuñaló a su progenitor, aunque en el entorno de la víctima aseguran que pedía dinero constantemente a su padre para consumir estupefacientes, lo que se había convertido en un foco de conflicto.

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Fuentes cercanas al caso confirmaron una información con la que se había especulado desde el principio: el agresor sufre un trastorno mental ya diagnosticado y del que había seguido un tratamiento. Ahora, serán los médicos forenses quienes determinen cómo influyó el mismo en el ataque y si le impidió, como afirma, ser consciente de lo que sucedía.

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