Juan Manuel Fuentes y su familia llegaron a Estepona el pasado 7 de agosto, procedentes de Madrid, ilusionados con poder disfrutar de las vacaciones tras el duro confinamiento en la capital española. Cuando llegaron a su segunda residencia en la urbanización Sierra Bermeja encontraron un desagradable panorama.
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«Había un fuerte hedor y muchas moscas y al pasar los días sin que nada cambiara empecé a sospechar que podría tratarse de un cadáver«, explica Juan Manuel.
Sus sospechas se dirigieron al vecino que vivía justo debajo de su piso. «Llevaba varios días que no lo veía salir. Y además había ropa tendida y no la recogía durante días«. Así que en varias ocasiones llamó a la puerta, sin obtener respuesta.
El olor y las moscas seguían presentes y Juan Manuel, temiéndose lo peor, avisó a la Policía Local de Estepona y a la delegación municipal de Sanidad, «pero no me hicieron caso». Trasladó sus sospechas a la Policía Nacional y a los Bomberos que sí procedieron a entrar en la vivienda y descubrieron al vecino fallecido.
Se trata de un hombre británico, de unos 50 años que residía desde hacía más de 20 años en este inmueble. Vivía solo y no solía recibir visitas, comenta Fuentes que recuerda que no tenía mucha relación con él, «no hablaba español y sólo nos decíamos hola y adiós cuando nos cruzábamos».
Pese a la retirada del cadáver, el hedor continúa en el edificio ya que no se ha procedido a su limpieza. Juan Manuel volvió a ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Estepona para que desinfectaran la vivienda. «Me dijeron que debía hacerse cargo la familia, pero no hay contacto con ningún familiar», advierte. Desde la administración de la urbanización Sierra Bermeja han remitido un escrito al Consistorio demandando la limpieza y desinfección, «ya que nosotros no podemos entrar en el piso», apunta el administrador.
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«Vivimos justo arriba de este piso y tenemos que estar con las ventanas cerradas para evitar que entre el mal olor. La situación es insoportable y se agrava con el calor que estamos pasando«, lamenta Fuentes que se ve obligado a salir constantemente de su residencia.
A estas molestias se suma el temor de la familia a que el fallecimiento del vecino se haya producido por Covid-19. «Desconocemos de qué murió nuestro vecino, cuánto tiempo llevaba muerto y si quedan restos en la vivienda que puedan resultar contagiosos«, manifiesta alarmado.
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Por su parte, el Ayuntamiento ha señalado que al tratarse de una propiedad privada, no es su competencia la limpieza y desinfección del inmueble. Han apuntado que el fallecido no era propietario de la vivienda y que debe ser el dueño el que asuma la desinfección. Además han aclarado que la muerte del británico se produjo por causas naturales y no por Covid-19.
Los médicos forenses aseguran que el coronavirus resulta contagioso durante las primeras 24-48 horas 'postmorten', por lo que es improbable que se produzca la transmisión de virus. Pero al margen de este aspecto, los vecinos siguen soportando a diario el mal olor que sale de un vivienda de la que nadie se hace ahora responsable.
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