El olfato de la Policía para desmantelar una banda que robó 200.000 euros en perfumes: hay cuatro detenidos en Málaga

Tardaban segundos en colarse en trasteros donde se almacenaban perfumes y productos de cosmética y los desvalijaban. Actuaban en la zona oeste de la capital malagueña y apenas dejaban rastro. Si bien, el olfato de los investigadores les ha llevado hasta los sospechosos, cuatro individuos que han sido detenidos tras hacerse con un botín de 200.000 euros en mercancía.

Vigilaban los almacenes donde las empresas afectadas guardaban los productos que después distribuirían a sus tiendas. Sabían cuando llegaba mercancía valiosa y entonces decidían entrar, abriendo las cerraduras con una rudimentaria pero efectiva técnica que, además, no levantaba sospechas.

En apenas segundos, según han informado las fuentes consultadas por SUR, vaciaban los trasteros. Sobre todo, buscaban perfumes y productos de cosmética, aunque constan otros artículos entre los efectos sustraídos, cuyo valor asciende hasta los 200.000 euros.

Tras tener conocimiento de los hechos, el Grupo I de Investigación de la Comisaría de Distrito Oeste de Málaga inició una investigación para el esclarecimiento de los hechos y la localización de las presuntos responsables.

Las gestiones practicadas les llevaron hasta una organización criminal compuesta por ciudadanos rumanos que también estarían operando en Madrid y Valencia. Tras la identificación de los cuatro sospechosos, los agentes procedieron a su detención y a su posterior puesta a disposición de la autoridad judicial competente.

Cabe recordar que la Policía Nacional desmanteló también, hace unas semanas, una célula de ladrones de nacionalidad albanesa que había protagonizado una oleada de robos en la zona Este de Málaga capital en Navidad. En este caso, la investigación se inició al detectar un repunte de denuncias en la zona de Miraflores del Palo y Cerrado de Calderón. El aumento de asaltos se concentró entre Nochebuena y Año Nuevo, aprovechando las típicas salidas para ir a cenar con la familia o los desplazamientos a otras provincias para pasar las fiestas.

Los ladrones accedían a las viviendas mediante escalo -por lo general, chalés, aunque también hubo algún caso en primeras plantas de edificios- en una franja horaria en la que estuviesen vacías. No llegaron a toparse con los moradores ni tuvieron que emplear violencia sobre las personas.

Los investigadores consiguieron relacionar -con pruebas- a esta célula de ladrones albaneses con una decena de robos con fuerza en los que, tras escalar muros o fachadas, rompían los cierres de alguna ventana o puerta corredera para acceder a las viviendas y apoderarse de todos los objetos de valor que encontraran.

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