Miriam sólo retiene algunas imágenes de aquella noche. La salida de la discoteca Akari, el revuelo, la última conversación con su novio, la sangre en el suelo, alguien gritando 'cuidado' cuando el coche aceleraba hacia ellos... «Estuve 20 minutos inconsciente. Sólo recuerdo a mi José Carlos -así se refiere a él en todo momento- tumbado en el suelo».
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Se conocieron hace 10 meses en una noche de fiesta, como la del sábado, pero de las que acaban bien. Ella no lo conocía de nada; él sí que llevaba un tiempo siguiéndola a través de redes sociales. A Miriam, confiesa, le gustó su forma de ser. Y empezaron a salir.
Ella vive en Las Flores, aunque los fines de semana solía quedarse en casa de José Carlos, que residía con su abuela en El Ejido, barriada donde se crio. A los dos les gustaba, como a la mayoría de los chicos de su edad, salir de fiesta. A él, en particular, el fútbol y jugar al FIFA y al GTA en la Play.
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El sábado, José Carlos celebró con su pandilla de siempre el cumpleaños de su amigo Fernando. Ella salió esa noche por su cuenta, pero se encontraron de madrugada en la discoteca Akari. Hasta ahí, lo normal, como una noche cualquiera. Hasta el horario de cierre.
En la puerta se forma una pelea a botellazos. Al igual que Adrián, otro de los supervivientes del atropello múltiple, Miriam (20 años) insiste: «Sé que él no tenía nada que ver». A partir de ese momento, comienzan para ella los flashes. «Recuerdo a la gente levantándole las piernas, un coche a lo lejos y alguien gritando: '¡Cuidado!'. Yo estaba al lado de mi José Carlos y de Adrián [un buen amigo del fallecido, que trató de socorrerlo cuando estaba en el suelo y que permanece hospitalizado con varias fracturas]».
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Miriam es una de las tres personas que sobrevivieron al atropello. «Estoy muy mal. Tengo toda la pierna en carne viva, varios puntos con grapas en la cabeza, heridas en el hombro, los labios y la barbilla», relata la novia de José Carlos, que este miércoles 18 de mayo debe hacerse pruebas en el hospital. Peor aún que las físicas son las secuelas psicológicas. Despedirse de su novio cuando iniciaban una relación llena de planes. «Sólo sé que con él siempre. Antes y ahora. Que nadie lo sustituye. En la vida», concluye.
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