Sucesos

La narco-furgo amarilla y el macrobotellón en el polígono de San Luis en Málaga

La Policía Local detiene a una pareja acusada de distribuir estupefacientes entre el millar de personas que acudió al encuentro

Juan Cano

Málaga

Jueves, 22 de septiembre 2022, 11:11

Todos los coches alineados, bien aparcados, con los maleteros abiertos como improvisadas barras de bar para servirse las copas. Alrededor, grupos de jóvenes danzando sobre el asfalto al ritmo de la música tecno.

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Y así, por toda la calle Veracruz, en el polígono de San ... Luis. Hasta un millar de personas se reunieron el pasado fin de semana en un macrobotellón organizado que disolvió la Policía Local de Málaga.

El encuentro también tenía proveedores. Los agentes detectaron a una pareja cordobesa que se movía entre los asistentes y que, al parecer, se encargaban de suministrarles dosis de estupefacientes.

Desde que los policías locales los interceptaron, el teléfono de la chica no paraba de recibir llamadas de diferentes números. A ambos se les incautó un alijo muy variado de drogas de diseño, aunque los agentes pudieron comprobar después que tenía una furgoneta aparcada en las inmediaciones para reponer mercancía.

El dispositivo policial, que se desarrolló durante la madrugada del sábado al domingo, comenzó cuando la Policía Local tuvo conocimiento de la gran concentración de personas bebiendo y consumiendo estupefacientes en una calle del polígono.

Primero acudió una unidad del Grupo de Investigación y Protección (GIP), que actúa de paisano, pero cuando vio lo multitudinaria de la reunión, avisó al Grupo Operativo de Apoyo (GOA) para efectuar un despliegue con seguridad y evitar una posible alteración del orden público.

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Los agentes centraron su intervención en denunciar el consumo de alcohol en la vía pública, el consumo/tenencia de drogas, realizando cacheos preventivos, y en sancionar también el ruido ocasionado por el elevado volumen de la música de los coches.

Fueron los agentes de paisano, que pasaban inadvertidos entre la muchedumbre, quienes detectaron una furgoneta de color amarillo, detrás de la cual hallaron a una pareja que reaccionó de forma esquiva al percatarse de la actuación policial.

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Cuando los interceptaron, la chica manifestó que había huido porque llevaba encima un trozo de hachís y no quería que la denunciaran. Sin embargo, cuando los agentes insistieron en si llevaba más drogas encima, la mujer sacó de su riñonera una bolsa llena, a su vez, de monodosis de distintas sustancias, cada una de un color diferente.

En concreto, había una bolsita con cocaína, siete de ketamina, seis de 'speed', nueve de MDMA y un trozo de hachís. La chica alegó que no eran suyas, sino de diferentes amigos que habían asistido al evento. Una agente la cacheó y le encontró en el sujetador otras cuatro dosis.

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Viendo el cariz que tomaba el asunto, su acompañante trató de marcharse del lugar, pero los policías se lo impidieron. Al hombre se le intervino una bolsa de plástico similar a la que llevaba la mujer, dispuesta en monodosis, con una cantidad aún mayor de psicotrópicos.

Los agentes solicitaron apoyo de la unidad canina para efectuar un registro en la furgoneta amarilla. Debajo del asiento del copiloto localizaron un bolso con 270 euros en billetes que el perro marcó como si tuvieran posibles restos de estupefacientes. Los agentes creen que es el dinero que habían obtenido con la venta de la droga.

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A la vista de estos hechos, la pareja -ambos treintañeros- fue detenida por un presunto delito contra la salud pública. Ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.

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