La plantilla de la Policía Local de Málaga lleva más de dos semanas en vilo. Han contemplado como su compañero Alberto Ferrer, oficial del Grupo Operativo de Apoyo (GOA), luchaba por reponerse de un aneurisma cerebral que obligó a su ingreso hospitalario. Este lunes ... sin embargo, ha fallecido, según han indicado a SUR múltiples fuentes consultadas.
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Ferrer ha muerto a los 43 años –iba a cumplir 44 en los próximos días–; tenía un hijo de ocho años y estaba casado. Acostumbraba a viajar con su familia en una autocaravana y era popular en el cuerpo por su afición al deporte: iba al trabajo corriendo, en bicicleta o patinete, rara vez en coche.
Pero Ferrer era conocido entre los agentes de la ciudad principalmente por su vocación. Era inquieto, innovador y sacrificado. A lo largo de su carrera había acumulado múltiples felicitaciones por su participación en actuaciones de riesgo: llevaba el servicio policial en las venas y combatía cada día la injusticia delante y detrás de la placa. Una de esas inquietudes hizo que los compañeros acabasen apodándolo el 'YouTuber', porque fue de los primeros policías que comenzó a utilizar cámaras de vídeo para grabar las intervenciones.
La noticia de su muerte ha puesto fin a una larga espera tras la que sus compañeros esperaban poder reencontrarse con el uniforme puesto. Las redes sociales se han llenado de mensajes con muestras de apoyo a la familia del fallecido y su entorno a la vez que fuentes consultadas han confirmado a SUR que se prepararán diferentes actos con los que conmemorar su valor para el cuerpo.
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