Dylan tiene dos años y sólo dice palabras sueltas. Por eso no habla de lo sucedido. Pero, por las noches, se despierta sobresaltado, se agarra con fuerza a sus padres y grita: «¡Cae, cae, cae!».
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Hace menos de una semana, el pequeño Dylan, que vive ... en Alhaurín el Grande, se precipitó desde un muro de siete metros cuando visitaba con su familia la iglesia de Alcalá la Real, en Jaén.
Dylan es la prueba de que los milagros existen. Tras la caída, quedó semiinconsciente y lo evacuaron en helicóptero desde Jaén hasta Granada creyendo que tenía graves lesiones internas. «Sólo tiene el fémur de la pierna derecha roto», confiesa Eliezer, su padre, que aún no da crédito.
La familia había ido a hacer turismo a Jaén. El pequeño Dylan, sus dos hermanas, de 4 y 6 años, y sus padres, Eliezer y Yésica. Dejaron para el final la visita a la iglesia de Alcalá la Real. Serían las 17.20 horas del domingo cuando sucedió todo.
«Subimos a la parte de arriba, la del coro. Mi mujer y los niños se colocaron y, cuando yo les iba a tomar una foto, Dylan cayó hacia atrás, de espaldas, como caen los buzos cuando se tiran al agua», relata el progenitor.
El menor se había colado entre los barrotes de madera que dan a la parte baja de la iglesia, que tienen una separación de unos 22 centímetros. «La policía, que observó las imágenes de las cámaras, me dijo que la caída había sido escalofriante, y que nunca habían visto a nadie bajar tan rápido las escaleras de caracol».
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Los agentes se refieren a Eliezer y a su mujer, que corrieron desesperado a ver cómo estaba su hijo. Cuando llegaron, una pareja que estaba en la planta baja colocaba al pequeño de lado. «No se me va de la cabeza la voz de mi mujer, los gritos. Todavía la oigo por la noche», describe el padre.
El pequeño Dylan había caído sobre una superficie de cemento y piedra. Cuando su padre llegó hasta él, aún estaba consciente. Lloraba mucho y empezó a cerrar los ojos, como si se fuese a quedar dormido. «Yo le decía: 'Dylan, cariño, cálmate, no te muevas'. No se le veía sangre por fuera».
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Al parecer, el menor se golpeó la mejilla con un pequeño saliente de una estructura audiovisual que hay bajo el coro y eso lo hizo girar y, de algún modo, amortiguar la caída. Aun así, su estado podía ser crítico, por lo que se lo llevaron en ambulancia a Jaén y de ahí en helicóptero a Granada.
En el hospital le hicieron pruebas en la cabeza, el pecho y otros órganos vitales. Sólo apreciaron contusiones y el fémur derecho roto. «El médico me dijo que Dylan había vuelto a nacer», expresa Eliezer, que es natural de República Dominicana, pero que lleva 20 años viviendo en Alhaurín.
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La familia denuncia la falta de atención médica en el centro de salud del municipio, así como la situación económica tan precaria en la que les ha dejado el suceso, ya que ambos están en paro y se han quedado sin recursos tras la estancia en el hospital de Granada. Ahora necesitan una silla especial para que Dylan se pueda desplazar al Materno, donde harán el seguimiento de su caso.
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