'Candy crush', 'cheetos' o 'melonade': hallan 25 variedades de marihuana al desmantelar un club de cannabis en Teatinos

Todo comenzó a raíz de que los agentes recibieran un chivatazo que apuntaba a que en un establecimiento con licencia para la hostelería ubicado en Teatinos se consumían psicotrópicos y que entre los clientes -este extremo no se pudo comprobar- había menores de edad.

El pasado día 9 de septiembre, efectivos del Grupo de Investigación y Protección (GIP) establecieron un dispositivo con agentes de paisano en torno al establecimiento. Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde cuando arrancó la intervención.

Los policías locales observaron que al local accedía un público muy joven. La vigilancia reveló que utilizaban medidas de seguridad para entrar al establecimiento. Los clientes llamaban a un timbre y eran observados a través de una cámara para asegurarse de que eran socios.

Los agentes calcularon que podía haber unos 25 clientes dentro. Y también apreciaron que cada vez que se abría y cerraba la puerta emanaba un fuerte olor a marihuana. Ante esta situación, se reforzó el dispositivo para acceder al local e inspeccionarlo.

Los policías aprovecharon que salía un cliente para acceder al establecimiento. Dentro, observaron que había numerosos jóvenes consumiendo cigarrillos de marihuana. Todos fueron identificados y denunciados.

La mayoría de ellos confirmaron que eran socios del club -tenía un llavero de diferentes colores que les permitía entrar- y que las sustancias que llevaban encima las habían adquirido dentro del local.

Los agentes encontraron en la barra del establecimiento varios táper que, al parecer, contenían hachís o marihuana. También había porros expuestos y preparados para su consumo y un gran tablón en la pared con todas las variedades de estupefacientes que tendrían entre su oferta.

A la vista de estos hechos, los policías locales detuvieron a las dos chicas -de 20 y 21 años- que estaban al frente del local. Entre la documentación del negocio, encontraron el acta fundacional de una asociación que promueve el uso y legalización del cannabis con fines medicinales y terapéuticos, que aparentemente tenía como 'leit motiv' la organización de talleres de concienciación y actividades formativas.

Las empleadas explicaron a los agentes que a los socios -tras darles de alta en un sistema informático- se les entrega un llavero digital con el que se identifican en la entrada y que pueden recargar con dinero para adquirir la sustancia que quieran consumir.

Sin embargo, dijeron que no podían comprar más de un gramo por tipo, cuando a los jóvenes identificados dentro del establecimiento se les había intervenido una cantidad mayor.