Sucesos Málaga
Marco confiesa el crimen de Paula a una forense y dice que la mató en un «forcejeo»Sucesos Málaga
Marco confiesa el crimen de Paula a una forense y dice que la mató en un «forcejeo»Las pocas palabras que Marco R. G ha pronunciado sobre las muertes de Paula y Sibora se limitan a un par de manifestaciones espontáneas que, a la postre, fueron clave para la investigación. De hecho, una de ellas condujo al cadáver de la joven ítalo-albanesa, que llevaba en paradero desconocido desde 2014. Aparte de eso, sólo ha hecho algún comentario, a preguntas de su defensa, aludiendo a su drogadicción.
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Sin embargo, en el caso de Paula, la joven malagueña a la que mató a puñaladas en la Carihuela, el italiano ha realizado una suerte de confesión durante la entrevista con la médico forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga que lo evaluó en los juzgados de Torremolinos. Marco R. G. admite que le dio «dos puñaladas» en un forcejeo, pese a que Paula tiene numerosas heridas de arma blanca y, además, fue acuchillada por la espalda.
Según la versión del investigado, el día de autos -17 de mayo-, ambos comenzaron a discutir por celos y Paula le dijo que tenía que abandonar el apartamento que compartían en la Carihuela, pese a que ya no eran pareja (no en vano, la joven ya había empezado a rehacer su vida y salía en secreto con un compañero de trabajo».
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Marco contó a la forense que aún no se había ido de la casa porque le faltaba dinero para hacerlo y explicó que tenía incluso preparadas las bolsas con sus pertenencias para marcharse. Reconoció que en una de esas bolsas guardaba un cuchillo de cocina que le había cogido a un compañero días antes en el negocio de hostelería donde trabajaba como cocinero.
El investigado manifestó a la funcionaria que Paula le tiró la bolsa y el cuchillo cayó al suelo. Entonces, siempre según su versión, ella cogió el arma y él se la quitó, lo que originó un forcejeo en el que, reconoce, le dio dos puñaladas a su expareja.
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El italiano, que acaba de ser trasladado a otra prisión andaluza, manifestó a la forense que cuando cometió el crimen llevaba varios días consumiendo cocaína, alcohol y diazepam, además de pincharse testosterna. De hecho, en la entrevista con la doctora, se presentó como un drogadicto: dijo que consumía dos gramos diarios de cocaína, que fumaba unos cinco porros diarios de marihuana y que bebía una botella diaria de whisky o ron, todo ello mezclado con anabolizantes y esteroides.
Sobre su biografía, Marco (45 años) contó a la forense que estudió un grado de hostelería, que estaba divorciado y que es padre de dos niños de 2 y 7 años. Según manifestó, fue diagnosticado en Italia de esquizofrenia y estuvo ingresado en un hospital psiquiátrico en 1996 o 1997 por alucinaciones y un episodio maniaco. También dijo que en 2009 estuvo siendo tratado por un psiquiatra en Tenerife, pero que dejó la medicación porque no le sentaba bien.
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El presunto asesino de Paula y Sibora achacó su «inestabilidad mental» a la drogadicción y a su patología. La forense, en cambio, no advirtió en él alteraciones importantes de la realidad, el juicio o el raciocinio, ni tampoco un cuadro de descompensación en la enfermedad, por lo que, a su juicio, no afectaría a su imputabilidad.
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