Maniatan y agreden a un británico en su casa de Alhaurín el Grande y le roban la señal que recibió por venderla

En el argot policial se conoce como 'dar el santo' a la información que alguien facilita a unos ladrones sobre el potencial objetivo de un robo. Algo así como un chivatazo.

Hace unos días, un ciudadano inglés de unos 60 años, vecino de Alhaurín el Grande, fue asaltado, maniatado y golpeado en su casa, donde al parecer habrían llegado incluso a darle una descarga eléctrica con una pistola táser para reducirlo.

Los delincuentes, que reclamaron con insistencia «dónde está el dinero», se llevaron unas 10.000 libras (algo menos de 12.000 euros) que, según las primeras pesquisas, acababa de recibir como señal por la venta de la vivienda, ya que pretendía regresar a su país. Una de las hipótesis es que los cacos lo sabían.

El hombre se encontraba cenando solo en su casa cuando los asaltantes irrumpieron en la misma tras echar la puerta abajo. Serían las diez de la noche. Los ladrones -se habla de tres individuos- se emplearon con violencia para reducir al vecino, que es muy corpulento y que, a juzgar por el escenario del suceso, se resistió todo lo que pudo.

Una vez maniatado y amordazado, los delincuentes le golpearon -sufrió distintas contusiones- hasta que acabó confesando dónde tenía el dinero, siempre según el relato de las distintas fuentes consultadas. Cuando se apoderaron del botín en efectivo, se dieron a la fuga.

El hombre logró quitarse las bridas como pudo y alertó a los vecinos, que acudieron a socorrerlo y avisaron a los servicios de emergencias. Una patrulla de la Policía Local de Alhaurín el Grande acudió al inmueble y encontró a la víctima golpeada y con el rostro ensangrentado.

En la inspección ocular, hallaron unas bridas rotas y cubiertas de sangre -de las que logró zafarse- y las cajas empaquetadas, lo que evidenciaba que estaba a punto de mudarse.

La investigación, que está abierta, corre a cargo de la Guardia Civil, que indaga también en otra secuencia de robos en la comarca del Guadalhorce los días posteriores. Los agentes tratan de esclarecer si están relacionados.

De hecho, una de las víctimas de esos asaltos posteriores es, precisamente, un amigo del británico, al que desvalijaron su vivienda aprovechando que se había ausentado de la misma para disfrutar de un evento veraniego que se celebró en el casco urbano de Alhaurín el Grande.

Por las descripciones que han dejado las víctimas de algunos de estos robos, los asaltantes serían tres individuos, aparentemente jóvenes y españoles (a tenor del acento, ya que actúan encapuchados), que parecen conocer bien la zona y las rutas de escape.

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