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La capital malagueña se blinda contra los macrobotellones. La Policía Local mantiene un dispositivo especial para luchar contra esta práctica, a la que combate de forma multidisciplinar. Desde el control de las redes sociales por si se produce alguna convocatoria, hasta despliegues en las zonas ... en las que suelen llevarse a cabo.
Uno de los puntos que más preocupa últimamente es la céntrica plaza de La Merced. Si antiguamente era el sitio por excelencia de la capital en la que se juntaban miles de jóvenes a beber antes de salir por los bares del Centro, se logró erradicar esta práctica y ahora se controla para que no vuelva a surgir.
Los dos últimos fines de semana se han registrado actuaciones en la zona, con jóvenes que intentaban hacer botellón en la plaza. Sin embargo, la Policía Local ha logrado contener las dos convocatorias sin que se hayan producido incidentes.
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Avelino Barrionuevo, explica que los agentes del Cuerpo llevan a cabo un dispositivo en el que trabajan de la mano con los operarios de Limasam, que se encargan de las tareas de limpieza, mediante baldeo, de la plaza en las horas en las que suele producirse el botellón.
Universidad y Cortijo de Torres
Pero el dispositivo de la Policía Local no solo se centra en la céntrica plaza. El edil indica que también se vigilan otros puntos en los que los jóvenes suelen reunirse para hacer botellones, como son las zonas de la ampliación de la universidad y el Cortijo de Torres, entre otros.
Se trata de una vigilancia que también se extiende a las redes sociales. Gracias a ello, hace solo unos días, los agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga descubrieron una convocatoria para un macrobotellón en Gibralfaro a la que ya se habían apuntado más de 240 personas. Gracias a ello se estableció un dispositivo que permitió controlar y frustrar la cita.
Las multas
Desde la Policía Local han recordado que, en aquellos casos en los que a raíz de este tipo de convocatorias se produjeran hechos que provocasen una alteración de la seguridad ciudadana, los hechos podrían constituir una infracción grave, conllevando sanciones económicas de hasta 30.000 euros para las personas que las organizan.
Independientemente de las actuaciones tendentes a la identificación y sanción de los convocantes de este tipo de reuniones, en cuanto a los participantes cabe recordar que la práctica del botellón, o más concretamente la permanencia y concentración de personas que se encuentren consumiendo bebidas o realizando otras actividades que pongan en peligro la pacífica convivencia ciudadana, conlleva una sanción de hasta 600 euros. En caso de que los denunciados sean menores de edad, serán los progenitores los responsables subsidiarios a la hora de afrontar estas multas.
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