Luto por la muerte de Pedro Espín, el guardia civil que calaba a los narcos en Málaga

El agente de 62 años, fallecido a causa de un cáncer de estómago, era una persona muy querida en el Cuerpo y admirada por su profesionalidad

Miércoles, 2 de febrero 2022, 12:40

La Guardia Civil de Málaga está de luto por la muerte del agente Pedro Espín, de 62 años, quien falleció en la noche del martes a causa de un cáncer de estómago. Quienes lo conocieron dicen de él que «era un fenómeno». En lo profesional ... y en lo personal. El agente, de origen manchego y afincado en Málaga desde hacía más de tres décadas, tenía dos pasiones. La primera era pasar tiempo con sus cuatro hijos, ya adultos, a quienes crio prácticamente solo desde que se separó. La otra, localizar lanchas de drogas a través de las cámaras del sistema de vigilancia, para lo que había desarrollado una habilidad fuera de serie.

Publicidad

«Era un hacha encontrando a los narcos, ellos son los únicos que no lo van a echar de menos», afirma su hijo Álex, también guardia civil. Su móvil no deja de recibir las llamadas de los efectivos que conocieron a su padre, quien estuvo cerca de 25 años en los Centros Operativos de Servicio (COP) de Málaga.

Se ha ido convertido en una eminencia. Cuando había operaciones de envergadura contra el tráfico de drogas, siempre procuraban que Espín estuviera presente. «Todos me lo están diciendo, que no había nadie con su intuición para dar con los narcotraficantes», señala su hijo con orgullo.

El agente nació en Albacete, pero su labor dentro del Cuerpo lo llevó a moverse por varias comunidades de la geografía española. Su primer destino fue Campdevánol (Girona). Tras aproximadamente un año, fue trasladado al País Vasco, donde permaneció casi una década para, a continuación, poner rumbo al sur.

Sirvió en el municipio malagueño de Igualeja y, posteriormente, en Manilva, donde estuvo en los Núcleos de Servicio de la Comandancia. Espín logró dejar huella en cada una de sus paradas, siendo una persona muy apreciada y querida entre los compañeros.

Publicidad

Volcado en su familia

El guardia civil también era el mayor de siete hermanos, lo que valió para que se ganara el apodo de 'El Patriarca', ya que siempre cuidó de los más pequeños de la casa. Su hijo recuerda que, además de ser un padre excepcional, capaz de conciliar su trabajo con su vida familiar para que los suyos salieran adelante, tenía un don especial para tratar a los demás.

«A primera vista podía parecer un hombre seriote, pero se ganaba a la gente en seguida; era una persona que, en un rato, se hacía amigo de todos», apunta. Septiembre era uno de sus meses favoritos porque es cuando se celebra la feria de Albacete. El agente procuraba no perdérsela por nada del mundo, y solía pedir vacaciones en esas fechas para marcharse a su ciudad a disfrutar de las fiestas.

Publicidad

Hasta que la enfermedad le fue diagnosticada, en noviembre del año pasado, Espín aprovechaba parte de sus días libres para pasar el rato en la peña malagueña La Amistad, donde también era muy querido. Haciendo gala a su nombre, allí hizo un grupo de amigos con el que quedaba para jugar al fútbol.

Este jueves, a las 9.30 horas, se celebrará en Parcemasa la misa con la que se despedirá a Pedro Espín. Sus compañeros, de forma voluntaria, rendirán homenaje a un hombre que supo ganarse el cariño de quienes tuvieron la suerte de conocerlo. Si en algo coinciden, como señalaron desde la cuenta de Twitter de la AUGC, es en que Espín estará «siempre en el recuerdo».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad