La jueza ordena localizar a tres hombres que «interactuaron» con el arquitecto tras la agresión
La defensa del presunto autor del homicidio ha pedido su puesta en libertad al considerar que hay dudas razonables sobre la causa de la muerte por las caídas que, según sostiene, sufrió la víctima en la vía pública ·
La investigación en torno a la muerte del arquitecto Rafael Santa-Cruz y Carrillo de Albornoz sigue avanzando. La titular del Juzgado de número 5 de Málaga, que ha asumido la instrucción del caso, ha ordenado a la Policía Nacional nuevas diligencias para esclarecer los hechos.
En una providencia fechada el 21 de abril, la magistrada pide a los agentes de Homicidios que identifiquen a los tres varones que, a juzgar por lo que se observa en las imágenes intervenidas, «interactuaron» con la víctima después de que ésta recibiera el puñetazo que lo noqueó.
La agresión a Rafael Santa-Cruz y a un amigo de éste se produjo a las 20.32 horas del 12 de abril en la taberna irlandesa The Museum, en la calle Convalecientes del Centro de la ciudad, y fue grabada por el sistema de videovigilancia del local.
En las imágenes se observa cómo un joven de ropa oscura con el que previamente habían estado jugando al billar propina dos «ganchos propios del boxeo» -en palabras del juez de guardia que envió a prisión al presunto autor- y tumba al arquitecto y a su amigo.
A juzgar por la providencia, en el vídeo hay al menos tres hombres que, tras el ataque, habrían «interactuado» con las víctimas, sin especificar a qué se refiere con esa palabra. La magistrada pide a los agentes de Homicidios que, una vez sean identificados, los citen a declarar en el juzgado durante los primeros días del mes de mayo.
De la lectura del atestado se infiere que un hombre que vestía una camiseta con franjas blancas y negras se acercó al arquitecto, que estaba tumbado en el suelo del pub, y le echó agua en la cara para ver si recuperaba el conocimiento. Eso ocurrió cuando ya habían transcurrido más de seis minutos desde que se produjera la agresión.
La jueza también ha ordenado que acudan a declarar el amigo de Rafael Santa-Cruz, un constructor granadino que recibió, como el arquitecto, un puñetazo en el rostro, así como las dos camareras de la taberna irlandesa que se encontraban presentes cuando ocurrieron los hechos.
La jueza también indica en la providencia que se ha solicitado la historia clínica completa de los hospitales donde estuvo ingresado Santa-Cruz en los días previos al óbito para que, una vez recibidos, los forenses determinen las lesiones que presentaba la víctima y «si las mismas eran idóneas para causar la muerte».
Hay que recordar que por estos hechos se encuentra investigado un joven de 29 años como presunto autor del homicidio del arquitecto malagueño. El sospechoso tiene, además, tres antecedentes policiales por delitos de lesiones.
La última de esas reseñas data del año pasado, cuando supuestamente golpeó a un «señor mayor» tras una discusión sin importancia. Al parecer, le propinó un fuerte puñetazo en la cara que le hizo caer inconsciente, «siendo su modo de actuación, similar», precisó la policía, que añadió en su atestado: «Golpea como un experto en el boxeo».
La Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el abogado Miguel López Linares en representación de la familia de Rafael Santa-Cruz, solicitaron el ingreso en prisión del investigado, medida acordada por el juez de guardia atendiendo a la gravedad de los hechos, la eventual condena, el peligro de reiteración delictiva y el riesgo de fuga.
La abogada Rosalía García López, que asiste al joven investigado, ha presentado este martes sendos escritos. En uno de ellos, la letrada pide a la jueza que acuerde varias diligencias, al tiempo que identifica al grupo de amigos -dos chicos y dos chicas- que se encontraban en el bar con el presunto autor de la agresión.
En el segundo escrito, la abogada solicita la puesta en libertad del sospechoso y usa como argumentario esos ingresos hospitalarios de Santa-Cruz en las horas y días siguientes a la agresión, hasta que finalmente acabó en coma en la UCI del Regional, donde falleció el 15 de abril.
Según la defensa, las tres asistencias al arquitecto en los hospitales malagueños -primero dos veces en el Regional y la tercera en el Clínico, donde se confirmó la gravedad y se le derivó de nuevo al Regional- se produjeron en un contexto de embriaguez y en al menos dos de ellas se reflejó que, al parecer, la víctima había sufrido caídas en la vía pública.
A juicio de la abogada, existirían «dudas razonables» de que la muerte del arquitecto haya sido consecuencia del «incidente sufrido el día 12» [un puñetazo violento y sorpresivo], «cuando posteriormente constan más ingresos por caídas».
La letrada sostiene que esas visitas al hospital son indicios «más que suficientes para pensar en estos momentos que los hechos en los que interviene mi patrocinado no han causado la muerte de Rafael Santa-Criz, ni muchos que estemos ante un homicidio del artículo 138» (doloso), por lo que pide su puesta en libertad. De lo contrario, dice, «se le podría estar castigando por unos hechos muy graves que no ha cometido».
La defensa del joven trata de desmontar el riesgo de fuga apreciado por el juez debido al cambio de look del sospechoso -se rapó la cabeza y se dejó una cresta de color rosa- alegando que es una persona que suele «cambiar con frecuencia de imagen, con cortes de pelo y cambios de color».
Argumenta asimismo que fue detenido en su domicilio, que no intentó ocultarse, que tiene pareja -con la que convive- y un hijo de seis años y que, aunque trabaja en la hostelería como camarero, su sueldo no implica que tenga «capacidad económica suficiente» para abandonar el país.
Respecto al riesgo de reiteración delictiva y sus antecedentes por lesiones, la defensa reconoce que, efectivamente, tiene dos condenas por ese tipo de delito, pero que éstas no han sido graves y no ha llegado a entrar nunca en prisión, «siendo ésta la primera vez».
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