Sucesos Málaga

Caso Jamal, secuestrado en Marbella en 2020: sin pistas ni acusación y con dudas de la Fiscalía

Han pasado cuatro años desde que se perdió el rastro de Jamal, el ciudadano holandés que fue secuestrado por falsos policías en Marbella y de quien no se ha vuelto a saber nada desde entonces. Y el caso, de momento, parece estar lejos de llegar a juicio. Según las fuentes consultadas, todavía no se ha formulado acusación por parte del Ministerio Público, en lo que podría tener que ver la falta de claridad de la investigación acerca de cómo se produjeron los hechos.

Así lo exponía la representante de la Fiscalía en un escrito de apenas tres líneas remitido a la Policía, al que SUR ha tenido acceso y con fecha del 28 de agosto de este año, en el que solicitaba como diligencia complementaria una mayor concreción sobre la forma en la que se llevó a cabo el rapto, ocurrido la noche del 22 de agosto de 2020.

A pesar del esfuerzo policial plasmado en los cientos de folios que componen el sumario, sigue habiendo lagunas que necesitan de respuestas para que la fiscal presente su acusación.

Lo que se sabe de aquella noche es que Jamal, que tenía 31 años cuando se produjo su secuestro, había salido a cenar con su mujer a un restaurante de Puerto Banús, donde se encontraba con su familia de vacaciones. Habían alquilado un piso de lujo en la zona de Nueva Andalucía, donde les esperaban sus cinco hijos.

El matrimonio se disponía a regresar al domicilio en un llamativo Mercedes-AMG clase G tuneado por la firma alemana Mansory. Sobre las 22.10 horas, cuando circulaban por la Avenida del Prado, se les cruzaron dos coches con los prioritarios puestos.

La pareja, en un principio, pensó que se trataría de vehículos camuflados de las Fuerzas de Seguridad del Estado. De ambos coches se apearon ocho individuos vestidos de agentes y con mascarillas. Fue en el primer verano de la pandemia, por lo que entonces eran obligatorias. Jamal bajó la ventanilla creyendo que sería una redada y, supuestamente, recibió como saludo un culatazo de una pistola en la cabeza.

A continuación, los falsos policías sacaron al hombre del vehículo a porrazos en presencia de su mujer, tras lo que lo metieron a la fuerza en uno de los coches que le habían cruzado. Arrancaron los vehículos y desaparecieron del lugar. Desde entonces, no se ha vuelto a saber nada sobre el paradero de Jamal.

Los investigadores revisaron todas las cámaras de seguridad desde Puerto Banús hasta la residencia vacacional de la pareja. Los especialistas de la Udyco están convencidos de que, por las maniobras que realizó, el conductor de un Audi RS6 estuvo siguiendo a Jamal dentro del puerto y también fuera del mismo recinto.

Ya fuera de Puerto Banús, el Audi RS6 se apartó y otros dos vehículos –concretamente un Audi A3 negro y un Peugeot 308 blanco– comenzaron a perseguir el Mercedes en el que viajaba Jamal con su mujer. Viendo a través de las cámaras cómo conducía la víctima, a excesiva velocidad e invadiendo el carril contrario para adelantar a otros coches, los agentes sospechan que se percató del seguimiento y trató de escapar.

El secuestro, según relató la mujer a los agentes, duró exactamente tres minutos. En ese paréntesis, a la víctima le dio tiempo a coger el teléfono de su esposa y guardárselo entre la ropa. Los agentes creyeron que el móvil podía conducirle hasta él y solicitaron al juzgado pincharlo. Poco después pedirían el cese de la intervención: el terminal apareció destrozado en el arcén derecho de la carretera de Istán, cerca de la autovía.

• Temas
• Juzgados
• Sucesos Málaga