iZeta, el coche patrulla inteligente que recorre las calles de Málaga

Ninguna máquina creada por el ser humano puede competir con el ojo experto de un agente uniformado. Los años en la calle hacen que los binomios de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional sean capaces de leer de cabo a rabo el historial de un delincuente desde la otra acera, o a través de la ventanilla del coche. Sin embargo, desde hace poco más de un año, el cuerpo cuenta con un nuevo aliado que multiplica el radio de acción de la pericia policial: es el iZeta, un vehículo inteligente cargado de sensores que recorre las calles de Málaga ojo avizor.

Una tranquila mañana de marzo, el Zeta Cero (inspector a cargo de coordinar a todos los radiopatrulla que están en la calle durante un turno), recibe a SUR para mostrar los entresijos de este coche fantástico. Es un Toyota Prius, híbrido y rotulado. Desde fuera prácticamente nada lo diferencia de un zeta normal, salvo por sus ojos. En el techo, al lado de las señales luminosas, hay dos conjuntos ópticos que leen el entorno en tiempo real.

«Va analizando todas las matrículas que se encuentra», indica Zeta Cero a los mandos del iZeta. En una pantalla táctil que ocupa el cuadro central se muestran dos retículas, una por cada conjunto de cámaras. Sin que el policía deba hacer nada, en el monitor van apareciendo fotografías y códigos con todas las placas que se acercan al coche. «Si hay algo que debamos saber, nos lo dice», explica.

Las matrículas pueden estar señaladas por varios motivos. El principal es el de vehículo sustraído: «Lo normal es que estén aparcados en sitios recónditos, pero a veces nos cruzamos con ellos circulando». La máquina emite un aviso tras haber cotejado en milésimas de segundo las letras y los números con la base de la Dirección General de Tráfico y el resto de redes internas policiales, entre ellos las listas negras creadas por la propia Policía Nacional.

Otro aviso puede indicar que el vehículo circula con una placa robada que no se corresponde al modelo que está en la calle. También puede indicar de que el vehículo en cuestión tiene algún otro tipo de señalamiento, ya sea de documentación robada o que esté vinculado a algún hecho delictivo.

Zeta Cero pone un caso práctico para explicar el alcance de la utilidad que tiene el patrullero inteligente. Un robo, un atraco, un suceso cualquiera en el que los testigos dan una matrícula. Se despliega un operativo en la zona y los binomios se afanan en buscar esos cuatro números y tres letras que pueden llevarles hasta los malos. Desde la sala se introduce ese código en el sistema y el iZeta se suma a la búsqueda, multiplicando por un valor incalculable la capacidad de los equipos de respuesta para dar con el coche entre el tráfico o aparcamientos de grandes superficies. «Su tecnología amplía muchísimo el nivel de comprobación», resume Zeta Cero.

Pero, además la capacidad de lectura, el iZeta viene 'de serie' con otras tres cámaras. Una, ubicada en el salpicadero, registra todo lo que ocurre frente a él. La otra hace lo propio desde el maletero, y la tercera graba el habitáculo trasero, donde se sientan los detenidos. «Es una herramienta muy útil y que garantiza la transparencia de las actuaciones para todas las partes».

Además de las cámaras, en la guantera del iZeta hay una serie de aparatos que elevan la labor policial al siguiente nivel. Uno de ellos es un pequeño dispositivo, ideado para que se cuelgue del chaleco antibalas, que graba el audio de las actuaciones de forma sincronizada con las cámaras del salpicadero y el maletero. De esta forma queda registrado todo lo que ocurre durante la actuación policial, lo que supone una garantía para todos y genera un archivo que puede llegar a ser vital cuando los delitos llegan al juzgado.

En la guantera también hay una pequeña «oficina portátil» que dispone de un lector de huellas dactilares conectado al sistema interno de la policía, así como un aparato que escanea documentos de identidad.

Actualmente hay tres iZeta disponibles en Málaga, aunque la idea del Ministerio del Interior es que, con el tiempo, estos sistemas sean el estándar. La mañana concluye, el iZeta retorna a la base sin que por su camino se haya cruzado ninguna matrícula sospechosa, lo que no sorprende a los policías. «Lo normal es que las alertas se generen por la noche», comenta Zeta Cero.