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El perro presentaba numerosas heridas de gravedad por todas partes del cuerpo, en tórax, muslo, oreja, dorso, cara y cuello, y tenía la yugular externa parcialmente seccionada. El dueño del animal argumentó que había sido atacado por otro can que le había mordido.
Sin embargo, ... al veterinario que lo atendió no le debieron valer las explicaciones y denunció los hechos, más aún al comprobar que las heridas que presentaba en el cuerpo y la que tenía en el cuello, de tres centímetros de profundidad y ocho de longitud, «parecían haber sido realizadas con algún objeto afilado y punzante, no siendo compatibles con ninguna mordedura animal», como apunta la Guardia Civil en un comunicado.
Tras recibir la información, los agentes realizaron una inspección en la ganadería del propietario del animal, que fue denunciado por irregularidades en el cuidado de cinco perros, entre otros aspectos, por falta de agua y alimentación, así como por falta de identificación. Igualmente le fueron intervenidas unas tijeras impregnadas de sangre, «con las que podría haberle producido las heridas al perro atendido por el veterinario», informa la Guardia Civil.
Continuando con la investigación, los agentes tomaron manifestación a varias personas y llegaron a la conclusión de que «la persona investigada habría producido intencionadamente las heridas al animal con el objetivo de deshacerse del mismo, simulando que cuando se encontraba paseando con el perro habría sido atacado por otros animales».
La investigación la han llevado a cabo efectivos de la Patrulla del Seprona de la Compañía de la Guardia Civil de Antequera.
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